El doctor Francisco Bobadilla, profesor de la Universidad de Piura, señala que, la globalización impacta la diversidad cultural y que el rol promotor recae en las familias y en las iniciativas privadas.

Por Gianfranco Quispe Alarcón. 29 abril, 2024. Publicado en Diario Correo, el 29 de abril del 2024

Desde el análisis de la cultura peruana, que se encuentra en la encrucijada entre su herencia milenaria y las corrientes globales, el doctor Bobadilla invita a examinar el papel crucial de las instituciones educativas y otros actores sociales. Estos actores desempeñan el importante rol en la promoción de una educación personalizada que valore nuestra milenaria cultura en diálogo con los aportes de la cultura global.

¿Cuáles son las principales implicaciones de la globalización en la diversidad cultural?

En las últimas décadas, la globalización es una realidad que se manifiesta en los diversos ámbitos de la experiencia humana. No es un fenómeno solo de finales del siglo XX o del XXI, pues, a lo largo de nuestra historia, tanto peruana como universal, se han producido momentos estelares en los que lo local ha conectado con el horizonte cultural mundial.

¿La globalización afecta la preservación de las identidades culturales locales?

En nuestra cultura confluyen todas las sangres. Indigenismo o hispanismo presentan una dicotomía reduccionista. La peruanidad es mestiza, aun cuando se puedan distinguir elementos de los aportes de unos y otros. Estas distinciones culturales no son separación ni exclusión, sino más bien una síntesis viviente, como lo decía Víctor Andrés Belaunde. De ahí que, la globalización es un fenómeno que ha acompañado a la historia de los pueblos en su desarrollo y movilidad social. En nuestros tiempos, ha cobrado un particular protagonismo con sus oportunidades y riesgos. La capacidad de discernimiento hemos de mantenerla vida para evitar el riesgo de la colonización y la pérdida de nuestra propia riqueza cultural.

Entonces, ¿la globalización es algo positivo para la promoción de la diversidad cultural?

El lado positivo de la globalización es que nos hace pensar en esa unidad de la condición humana que, independientemente de los tiempos, los espacios geográficos y las distancias, pone en evidencia la existencia de un núcleo esencial que puede llamarse humano.

Esta globalización, en su dimensión positiva, nos permite estar conectados con todos los hallazgos en las artes, las humanidades, las expresiones artísticas; nos permite mirar no solo lo nuestro, sino que podemos mirar, valorar, juzgar y apreciar esas otras realidades presentadas.

¿Cómo vivimos la globalización cultural desde el Perú?

En la globalización cultural, debemos tener claro que nuestro país y nuestra realidad no empezaron ayer. Hemos celebrado el Bicentenario, pero no tenemos sólo 200 años, tenemos toda una vida anterior milenaria de siglos y horizontes culturales que también forman parte de nuestra riqueza cultural.

¿Cuál es el papel de las instituciones educativas en la promoción de la cultura?

El educador o las políticas culturales en un país deben tener ese sentido de responsabilidad para discernir entre lo duradero y lo efímero. El Perú tiene una riqueza cultural ancestral en todos los niveles artísticos, literarios, arqueológicos, gastronómicos; una riqueza tremenda que puede dialogar de tú a tú con la cultura universal. Hemos de evitar el chauvinismo que empequeñece lo humano, encapsulándonos y pensando que, fuera de lo autóctono, no existe nada.

Las instituciones educativas, en este sentido, han de ser cauce para acoger las expresiones culturales del mundo globalizado, sin perder la capacidad de discernimiento para identificar lo valioso de lo que pueda significar detrimento para la condición humana.

¿Cómo afecta la cultura contemporánea, con su énfasis en la tecnología y la inmediatez, a la educación?

El ser humano no se reduce solo a sus competencias útiles para el éxito profesional en la vida económica. Desde luego, son importantes, pero una persona que olvida sus raíces porque no ha tenido conciencia de ellas, puede diluirse en el simple acontecer del tiempo presente.

Entonces, hay que enseñar historia, humanidades, literatura, filosofía. Hay que enseñar, no solamente lo que sabe hacer el hombre, sino quién es el ser humano. El educador es uno de los de los actores que está llamado a enseñar esa cultura; y, las familias, también.

¿Qué papel juega la colaboración entre instituciones educativas y otros actores sociales, como empresas u organizaciones gubernamentales, en la mejora de la educación personalizada en el contexto cultural actual?

Quien tiene el derecho a educar y promover la cultura no es el Estado sino la sociedad civil con todos sus actores; es decir, la familia y las diversas instituciones que nacen de la misma subjetividad socia (asociaciones, empresas, centros culturales).

Debemos darnos cuenta de que la promoción de la cultura no es algo de lo que me sobra. Cada uno es responsable de la cuota que le corresponde como gestor cultural. Hemos de conservar y hacer crecer la cultura, fomentando ámbitos de encuentro que ayuden al florecimiento de la condición humana.

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