04

Dic

2023

Artículo de opinión

¿Qué pasará con El Niño el verano 2024?

Hablamos de Niño Costero para referirnos al calentamiento superficial del mar en el litoral norperuano, en la que los científicos llaman “región Niño 1+2”; con impactos en la costa norte y, eventualmente, más al sur (ya hemos dicho que hay variantes).

Por Antonio Mabres. 04 diciembre, 2023.

Muchas veces hemos comentado que cada episodio del Fenómeno El Niño (FEN) es distinto. No son pocas las diferencias, en intensidad, fecha de inicio, duración, y variedad de impactos: lluvias intensas en nuestra costa, aumento de temperatura ambiental, alteraciones en la pesca y la agricultura, etc. Además, distinguimos entre Niño Global (que equivale al ENSO o ENOS, El Niño-Oscilación Sur) y el Costero.

¿Qué tienen en común todos? La respuesta es muy simple: el agua del mar más caliente de lo normal en el océano Pacífico ecuatorial central (Niño Global) y oriental (Niño Costero). Ya es clásico representar el FEN con la imagen de América del Sur (casi siempre en gris) y el océano Pacífico en azul, con una “lengua” roja que arranca en la costa norperuana-ecuatoriana y va hasta el centro del Pacífico. Una imagen que vemos con cierto temor, pues nos recuerda lo ocurrido en 1983 y en 1998.

Hablamos de Niño Costero para referirnos al calentamiento superficial del mar en el litoral norperuano, en la que los científicos llaman “región Niño 1+2”; con impactos en la costa norte y, eventualmente, más al sur (ya hemos dicho que hay variantes).

En cambio, en el centro del Pacífico, en la llamada “región Niño 3.4”, se suele caracterizar el Niño Global, aunque el calentamiento del agua abarca un área mucho más extensa. Sus impactos, cuando es intenso, afectan a la sierra y selva peruanas y a muchos lugares en el mundo; por eso, lo llaman global y lo estudian y monitorean agencias meteorológicas de todo el mundo.

¿Qué ocurre actualmente? Tenemos Niño Costero desde febrero; y, Niño Global desde julio. El primero ha sido muy fuerte y ha tenido su máximo en julio y agosto, afectando mucho la pesca y agricultura. Felizmente, en marzo no era tan intenso aún y las lluvias no produjeron tanto daño. El Global, iniciado en julio, se ha ido fortaleciendo desde entonces y ya está entre moderado y fuerte.

¿Qué pasará los próximos meses? Hay consenso entre los estudiosos de que el FEN (Global y Costero) seguirá en nuestro verano. ¿Y su intensidad? Los pronósticos apuntan a que -en ambos casos- irán disminuyendo las anomalías y, por tanto, la intensidad de sus efectos. ¡Ojalá acierten!

En el caso del Niño Costero, es razonable pensar que seguirá por un tiempo más el influjo del Anticiclón del Pacífico Sur que, desde hace tres o cuatro meses, está fortalecido y causa los vientos alisios fuertes en nuestra costa. Esos vientos tienden a enfriar las aguas del litoral, porque producen afloramiento de aguas profundas, y frenan el impacto de las ondas Kelvin cálidas que vienen del Pacífico central.

Aunque no hay dos Niños iguales, lo que está ocurriendo, y parece que seguirá, es muy similar a lo que hubo en el verano del 2016: un Niño Global muy fuerte (incubado desde muchos meses antes), que apenas nos afectó en el Perú. Los intensos vientos alisios del sur en nuestra costa, durante el verano, nos salvaron. El Niño Costero fue moderado, y las lluvias en Piura no causaron efectos perniciosos.

Ese es el escenario más probable, en opinión de los estudiosos más expertos de nuestro país, con los que concuerdo. Confío en que no tendremos una situación catastrófica. Aunque es imposible asegurarlo, las mayores probabilidades así lo señalan. Y, desde luego, es muy improbable que las eventuales lluvias fuertes empiecen en diciembre. Por eso, no parece buena decisión adelantar el fin del año escolar.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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