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Feb

2023

Manuel López: “El desarrollo del agro dependerá de la estabilidad sociopolítica”

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El Mgtr. Manuel López, profesor de la UDEP, explica cuáles son los retos que debe superar la agroexportación y cuáles son las perspectivas de crecimiento para este año, considerando los sucesos nacionales e internacionales.

Por Fernanda Vegas Sernaqué. 06 febrero, 2023. Publicado en El Tiempo, el 4 de febrero de 2023

Los conflictos siguen afectando a diferentes sectores del país. En el 2021, la población aún se recuperaba de los estragos del COVID-19 y, en los dos últimos años, ha enfrentado una fuerte crisis política nacional e internacional. Uno de los sectores más afectados es la agroexportación. El magíster Manuel López Ortiz, especialista en agronegocios y profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Piura, explica por qué el crecimiento de este sector puede empezar a reducirse y cuáles son los retos de la agroexportación para este año.

¿Cuánto ha crecido la agroexportación en los últimos años?

En el 2022, la agroexportación ha tenido un crecimiento de, aproximadamente, el 8%. En el 2021, llegamos a los US$ 9172 millones en ventas. Todavía no tenemos una cifra oficial del 2022, pero es posible que lleguemos a los 9500 millones. Sí hay un crecimiento, pero menor al considerando para el 2022, cuando esperábamos llegar a US$ 10 000 millones.

Hay que resaltar, por ejemplo, que los últimos dos meses han afectado tremendamente a la campaña de uva en el sur porque las protestas y los conflictos sociales se han concentrado allí. Ica necesita mover su producción a Lima para su exportación, pero los bloqueos en la Panamericana Sur han generado que mucha fruta se pierda. Esto también afecta a los pequeños agricultores. Hay mucha producción de Ica y Arequipa que no ha podido llegar a Lima y las pérdidas son millonarias.

¿Cuáles son las expectativas de crecimiento del 2023 respecto a los años anteriores?

En el 2022, se lograron cifras importantes en la producción agroexportadora; sin embargo, en la producción agrícola familiar, la situación fue negativa, sobre todo porque venimos de una sequía iniciada el 2021 que generó un bajo nivel de producción en algunos cultivos. Además, tenemos el problema del desabastecimiento de la urea y de fertilizantes en general, lo que ha generado que muchos agricultores siembren menos de lo que suelen sembrar y, por lo tanto, hubo menos producción el 2022.

Y, ¿el 2023?

El desempeño de este año dependerá del desarrollo de los sucesos políticos y sociales porque, mientras no haya estabilidad económica no se podrán desarrollar políticas de soporte en favor de los pequeños agricultores. Hay una descapitalización en el agro y, si bien los bonos generan ciertos paliativos, el agricultor ha perdido capacidad de inversión en los cultivos debido a dos años difíciles.

Por otro lado, estamos entrando a un año electoral y estos periodos suelen ser de mayor incertidumbre y menor inversión, lo que genera otro factor negativo para el crecimiento del agro. Entonces, no se ve como un año muy promisorio.

¿Qué pueden hacer los gobiernos locales para favorecer la agricultura familiar?

Los gobiernos regionales y locales que están iniciando su periodo deben retomar los proyectos de inversión pública que den soporte a la agricultura; por ejemplo, el desarrollo de canales, reservorios, sistemas de riego, el acceso mediante vías, mejores vías para acceder a las zonas de producción, etc.

También son los encargados de dar soporte técnico y capacitaciones a los pequeños agricultores, a través de fondos como Procompite, por ejemplo, que les permiten acceder a fondos que incentiven su desarrollo.

En la situación actual, ¿qué retos enfrentan los agricultores y agroexportadores?

Todavía hay muchas zonas de cultivo con bajos niveles de productividad. Hay que mejorar las prácticas agrícolas, la mecanización, las actividades de fertilización y de manejo del cultivo; es necesario incluir variedades de productos, desarrollar un soporte biotecnológico y, poco a poco, entrar a la digitalización de los procesos.

Desde el punto de vista de la eficiencia, hemos visto que el producto de agroexportación, normalmente, tiene altos estándares de producción, buena calidad y tecnología de punta. Entonces, todo el conocimiento desarrollado debe trasladarse a los pequeños agricultores para que conozcan y dominen las nuevas tecnologías. Dentro del modelo de desarrollo del Agro, en lo posible, sería importante concatenar la cadena de valor del pequeño agricultor y el exportador, y hacer que el pequeño productor se convierta en proveedor de este, en cierta medida. Así, el valor generado para el mercado global se traslada también a los pequeños agricultores.

¿Cómo mejorar la gestión para lograr estos objetivos?

La gestión pública es clave. Necesitamos un ministerio de desarrollo agrario y riego que atienda adecuadamente a los pequeños productores y que esté pendiente de esta transferencia de conocimientos sobre lo que es una gestión empresarial. El pequeño agricultor es un microempresario, tiene que saber manejar sus costos, saber negociar y asociarse para trabajar con sus clientes; esta gestión no la va a hacer necesariamente el sector privado, sino que es un espacio en el que, idealmente, la función pública debería dar soporte.

¿Y cuál es el aporte de las alianzas y del sector privado?

El sector privado también puede intervenir a través de alianzas. Por ejemplo, la función de las universidades es generar y difundir conocimiento. Si tenemos empresas y microempresas con problemas, la universidad debe investigar y desarrollar nuevas tecnologías que solucionen los problemas de los pequeños productores.

Las alianzas con el sector público y privado son fundamentales porque, si se establecen acuerdos con los pequeños productores y con las grandes empresas, se buscará de manera más efectiva la solución a los problemas que tengan los agricultores y las empresas.

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