La profesora Brenda Silupú señala que hay muchos factores que están obstaculizando la recuperación del sector empresarial, como la inestabilidad en las decisiones de inversión, la inacción del Gobierno, el incremento de precios, entre otros.

Por Betsy Salazar. 16 noviembre, 2022. Publicado en el suplemento Semana, del diario El Tiempo, el 13 de noviembre de 2022.

Hace más de un mes los microempresarios realizaron una marcha para exigir medidas que reactiven su economía y aunque fueron recibidos por representantes del Ejecutivo, quienes se comprometieron a solucionar esta problemática, hasta el momento no hay ninguna iniciativa. Hoy, la situación de las mypes no ha mejorado y, a pesar de que representan el 99% del tejido empresarial nacional y generan al menos el 60% de puestos de trabajo en el país, su situación no logra ser positiva. Ante ello, ¿se puede decir que están camino a la quiebra?

 

La doctora Brenda Silupú, profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UDEP, experta economía microempresarial, refiere que existen muchos factores que estancan la recuperación del sector microempresarial. Por un lado, el entorno externo genera incertidumbre e inestabilidad en la toma de decisiones de inversión y, por otro, hay una inacción del Gobierno que contribuye a la inestabilidad política, porque no se definen las leyes y reglas claras para encaminar la reactivación de las microempresas.

“A pesar de que hemos aprendido a convivir con la pandemia y las empresas han podido implementar los mecanismos de bioseguridad, en este último año han surgido nuevos acontecimientos que perjudican el desempeño empresarial, como el incremento de los precios, mayores tasas de interés, variación del tipo de cambio, desempleo; todo esto perjudica el desempeño empresarial”, sostiene Silupú.

Todo ello, unido a la incertidumbre política, no garantiza la continuidad de los negocios por la mayor inseguridad y corrupción. De ahí que las expectativas de crecimiento económico no sean tan favorables para el siguiente año, por lo que las microempresas solo piensan en sobrevivir en estos tiempos tan difíciles. “Me pregunto, ¿hasta cuánto podrán soportar? Muchas de ellas ya no pueden resistir más y sus negocios están quebrando”, expresa la profesora.

La acción del Gobierno

¿Cómo puede el Gobierno central apoyar a los microempresarios? La doctora Silupú indica que puede otorgar líneas de financiamiento a tasas de interés bajas y accesibles a los pequeños empresarios; especialmente, para negocios liderados por mujeres, pues su tasa de morosidad es más baja que la de los hombres. Asimismo, podría brindar orientación y capacitación en gestión empresarial, con el apoyo de empresas privadas y universidades.

También pueden recibir una diferenciación del IGV por tramos y por productos; incentivos como acceso de capital semilla para emprendedores que deseen iniciar su formalización, subsidios por la formalización de trabajadores, que sea de manera automática; controles al tipo de cambio y beneficios tributarios por la inversión en activos fijos.

Pero, no solo se debe otorgar recursos, sino que se tienen que identificar los sectores o las características de los negocios que necesitan el apoyo. Además, no se pueden aplicar políticas transversales a todos por igual porque nuestro sector empresarial es muy heterogéneo, dice la docente. Por ello, acota, se deben identificar los sectores o actividades que requieren urgente apoyo para reactivar sus negocios y que tienen posibilidad de seguir en el mercado.

“La realidad de las regiones, de las zonas urbanas o rurales, es diferente; por eso, las políticas deben de ser más inclusivas”, agrega.

¿Y si quiebran?

Para la doctora Silupú, aún no se ha recuperado los puestos de trabajo perdidos en la pandemia y si colapsa el sector microempresarial se tendería a incrementar la tasa de desempleo. Por esta razón, los niveles de crecimiento del PBI para el 2023 son menores a los esperados porque no se tiene claro si puede existir una reactivación del sector empresarial ya que la situación actual es muy complicada.

Según la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), el 86,3% de las mypes son informales, y aunque esta cifra va en aumento son parte importante del sector empresarial y contribuyen con el PBI y la generación de empleo (informal o subempleo); por lo tanto, es un sector importante para la economía, afirma la doctora Silupú.

En el caso de Piura, es una región que se caracteriza por presentar una tasa de inflación superior al promedio nacional. A octubre del 2022, la variación anual del IPC a nivel nacional fue de 8,64%, mientras que en Piura se registró en 8,95%. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares, al año 2021, la tasa de empleo informal a nivel nacional es de 76,8%, y en Piura se reportó una tasa de empleo informal del 82,1%.

En Piura, comenta la especialista, los emprendimientos liderados por mujeres en estos años de pandemia han tenido una mayor participación en comparación a los liderados por los hombres, pero llama la atención que la informalidad es mayor en mujeres. Dado estos indicadores, Piura, la cuarta región en representatividad empresarial, no es ajena a la problemática que viven las mypes del país por lo que esta situación de incertidumbre va llevar al incremento de la informalidad y también al desempleo en la región.

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