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El uso de la IA y la telemedicina promovería el surgimiento de alternativas eficientes y de bajo costo para realizar pruebas diagnósticas, tamizaje y optimizar procesos en la gestión sanitaria.

Por Vladimir Bustinza. 22 diciembre, 2024. Publicado en el diario Correo, el 29 de diciembre del 2024.

La telemedicina no es nueva en Perú. Antes del COVID-19, el 2017, los hospitales del Minsa implementaron la teleconsulta, teleinterconsulta, telemonitoreo, telemamografía y teleorientación. El 2023, ya había 3 075 722 de las primeras y más de 280 000 teleinterconsultas. Se espera ampliar el alcance este año.

Combinar telemedicina e IA es un gran desafío para la salud pública. El uso óptimo de la primera y las capacidades de la segunda disminuirían la carga del personal clínico, al automatizar tareas, lo que permite disponer de más tiempo para atender a los pacientes; y, al usar aplicaciones avanzadas de IA, para el proceso de diagnóstico de enfermedades.

Ambas necesitan una rápida y amplia conexión inalámbrica a internet, en particular, en combinación con dispositivos móviles inteligentes. Con ello, se puede llegar a comunidades alejadas, reducir la demanda no atendida y aumentar la cobertura de servicios. Sin embargo, aunque las aplicaciones de la IA en el cuidado de la salud aumentan, aún su desarrollo es incipiente y no hay evidencias de su impacto.

En resumen, el uso de la IA y la telemedicina promovería el surgimiento de alternativas eficientes y de bajo costo para realizar pruebas diagnósticas, tamizaje y optimizar procesos en la gestión sanitaria. Sin embargo, aún falta mucho por hacer frente a las barreras generacionales, culturales y geográficas.

La telemedicina es algo más que consultas virtuales sin contacto personal. Si creamos una adecuada relación médico paciente y garantizamos el seguimiento, llegaremos a puerto seguro.

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