12

Sep

2022

Artículo de opinión

Hacia una verdadera convivencia inclusiva

En una realidad de inclusión, las personas con discapacidad y sin discapacidad están mezcladas en el mismo círculo. Aquí, las personas con discapacidad pueden participar en cualquier actividad en igualdad de oportunidades.

Por Jaime Ancajima. 12 septiembre, 2022. Publicado en El Tiempo

Hoy día en el campo de la educación, especialmente, es muy importante tener en cuenta la inclusión y la integración. Las personas con capacidades distintas están excluidas de la sociedad cuando un colegio los rechaza. Cuando existe segregación, las personas con discapacidad viven separadas del resto, por ejemplo, cuando hay colegios para personas con habilidades distintas y escuelas diferentes para personas sin discapacidad.

Cuando hay integración, las personas con habilidades diversas están en el mismo espacio que las personas sin discapacidad, pero tienen un círculo solo para ellas. Por ejemplo, los colegios a los que van todos los niños, pero hay una clase solo para niños con discapacidad.

En una realidad de inclusión, las personas con discapacidad y sin discapacidad están mezcladas en el mismo círculo. Aquí, las personas con discapacidad pueden participar en cualquier actividad en igualdad de oportunidades. Por ejemplo, colegios en los que los niños aprenden en la misma clase sin importar su discapacidad y cada estudiante recibe el apoyo que necesita. Para el portal Plena Inclusión, esta es la mejor forma de tratar a las personas con discapacidad.

Ahora se habla de una convivencia inclusiva que significa apoyar y asumir la diversidad de todos, su meta es eliminar la exclusión social que se deriva de actitudes y respuestas a la diversidad, para integrar a todas las personas en la sociedad. Consiste en apoyar y asumir la diversidad de todos los miembros de la comunidad educativa, respetando sus diferencias de cultura, costumbres, género y discapacidad, evitando los prejuicios, estereotipos y valorando las características inherentes de cada integrante.

Una escuela inclusiva debe ser flexible en su currículo, evaluación, promoción y organización. La escuela debe estar enfocada y prestar una gran atención a la diversidad de intereses, capacidades, ritmos y necesidades de aprendizaje de cada alumno de manera individual.

Los docentes deben contar con la capacitación y formación adecuada para conseguir aulas realmente inclusivas. Por eso, no solo deben saber transmitir conocimientos, sino también ser flexible, empático y saber conectar con los demás.

Propiciemos una convivencia respetuosa hacia la diferencia a través de la plena participación de todos nuestros niños y mediante procesos colaborativos y cooperativos en toda nuestra sociedad. “Si enseñamos a los niños a aceptar la diversidad como algo normal, no será necesario hablar de inclusión sino de convivencia”.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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