08

May

2022

Mujer madre, valórate, respétate y hazte respetar, busca en ti las respuestas a tus dudas. En tus manos está tu felicidad y la de los tuyos, así como ayudar a recuperar la humanidad del mundo.

Por Mariella Briceño. 08 mayo, 2022.

La maternidad, física o espiritual, es un rasgo característico de la mujer. Todo su ser está hecho para ser madre, desde lo más físico, como es el cuerpo, hasta lo espiritual. El ser madre permite manifestar al mundo el ser más íntimo femenino, demuestra al mundo ese don desinteresado que todo ser humano es y en este caso el don desinteresado desde la feminidad.

La maternidad demanda sacrificio que la mujer asume como algo innato. La madre no se plantea como inviable las noches sin dormir, o las exigencias de los hijos durante todo su desarrollo, simplemente ama con un amor muy profundo, como solo ella puede hacerlo y, de esa manera, supera los grandes retos que su maternidad le plantea de manera personal a ella, y a su familia. Las exigencias de la maternidad (el embarazo, el parto, la lactancia, la crianza de los primeros años) le serán más llevaderas si cuenta con el amor y la protección de su esposo, quien también asume el rol que le compete: el de cuidar y proteger a la madre de sus hijos y a su nueva familia.

Hoy en día, la maternidad está puesta a prueba, pues a la mujer actual se le ofrecen muchas oportunidades de desarrollo personal, y puede que sientan que el ser madre obstaculice sus sueños. Las madres del siglo XXI quieren ser buenas en todo lo que hacen: como amigas, esposas, madres, y esas metas, a veces potenciadas por las redes, pueden confundirlas y a veces hasta obsesionarlas. En estos casos, considero que no debe buscar la respuesta en otras mujeres, sino en sí mismas, porque cada una es distinta y la respuesta buscada será distinta y única, su fuerza está en su propio ser.

Ser mujer es muy grande. La feminidad bien vivida nos lleva a disfrutar lo que somos, a encontrar la alegría en las cosas pequeñas del día a día, el orden en nuestra jornada, la calma tan necesaria para ubicar cada cosa en su lugar y para comprender el valor de ser madre.

Mujer madre, sé tú. Como aconseja la pediatra Meg Meeker, autora de “Los diez hábitos de las madres felices”, valórate como madre, respétate y hazte respetar, busca en ti las respuestas a tus dudas. En tus manos está tu felicidad y la de los tuyos, así como ayudar a recuperar la humanidad del mundo. Mantén tus amistades claves, valora y practica la fe, deja de competir con otras mamás, maneja bien el dinero, busca tiempo para encontrarte contigo misma, da y recibe amor de manera saludable, vive de manera sencilla, libérate de los miedos y recuerda que la esperanza es una decisión: ¡tómala!

¡Feliz día, a todas las madres!

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