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“La moción de vacancia no debe basarse en palabras, sino en la realidad peruana”

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El doctor Guillermo Chang Chuyes, profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Piura, sostiene que la discusión sobre la moción de vacancia no debería alterarse por el mensaje presidencial, pues considera primordial anteponer la situación actual del país.

Por Fernanda Vegas Sernaqué. 22 marzo, 2022. Publicado en el suplemento Semana, El Tiempo, el 20 de marzo del 2022.

Al octavo mes de gestión del presidente Pedro Castillo, el Gobierno otorgó la investidura a su cuarto gabinete y, ese mismo día, se presentó la segunda moción de vacancia presidencial, pedido que ya ha sido admitido para su debate. Entre tanto, el mandatario dio un mensaje a la nación el 15 de marzo, buscando una tregua con el Congreso. El doctor Guillermo Chang Chuyes, profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Piura, señala que la discusión sobre la moción de vacancia debe tratarse de acuerdo a la realidad que atraviesa el Perú, más allá del discurso presidencial.

¿Cuál considera que fue el objetivo del mensaje presidencial?
En un análisis político, no queda clara la intención. El mensaje ocurre en paralelo a un proceso de vacancia donde el presidente deberá ir al Congreso a dar sus descargos. Mi hipótesis es que ha querido dar argumentos a los indecisos respecto de la vacancia por medio de esta jugada política.

En el aspecto jurídico, una cuestión no menor porque está en la carta magna, es el requisito formal de la aprobación de los mensajes del presidente, de parte del Consejo de Ministros. Esto, porque el primer ministro ha revelado que se habría aprobado el posible adelanto de elecciones en la sesión de emergencia. El gobierno de la República está sometido a la Constitución y las leyes. Por ello, justamente se prevé esta aprobación para que no haya exabruptos en las decisiones de la más alta magistratura del país.

¿Qué efectos cree que ha tenido y tendrá el mensaje?
En el caso de los congresistas, la finalidad es bloquear la posible vacancia. Ya algunos han dado la venia a las palabras del discurso, reconociendo las buenas intenciones del presidente y su posible rectificación en las decisiones del Gobierno.

Empero, me parece que la discusión de la moción de vacancia no puede centrarse en las palabras o la ideología, sino en la realidad de la República. Muchos congresistas motivarán su voto teniendo en cuenta este último discurso. Sin embargo, eso no lleva a nada. Un proceso como la vacancia cuestiona la idoneidad (incluso moral) del presidente para gobernar. Es una válvula de escape ante un posible avión sin piloto.

Por otro lado, el presidente Castillo ha querido mostrarse frente a la opinión pública como estadista y conciliador con un Congreso fragmentado. Sin embargo, esta imagen se desmonta con la realidad de la República.

Desde el punto de vista jurídico y administrativo, ¿cómo evalúa el contenido de lo dicho por el presidente?
No hay novedad en sus propuestas. En muchos casos, las políticas planteadas vienen de gobiernos anteriores. Por otro lado, algunas propuestas son discutibles. El caso del posible Ministerio de Ciencia y Tecnología o la declaración de emergencia del agro implican crear nuevas administraciones públicas, que no sabemos si resuelven los problemas. Hay que partir de la realidad.

¿Qué efecto habría causado el anuncio de adelanto de elecciones en el mensaje?
La Constitución es clara respecto a los periodos de mandato de los poderes del Estado. El cambio se da por los supuestos de renuncia, suspensión o vacancia para el caso del presidente; y, para el Congreso, la disolución. Por ello, muchos constitucionalistas dicen que esto es imposible. La situación del 2001 fue distinta de la actual. Se había expuesto la corrupción en ambos poderes y el control del Ejecutivo sobre el Legislativo. Ahora, el Congreso está dividido y, si se comprueba el caso de “Los Niños” de Acción Popular, estaremos ante un supuesto de interferencia entre los poderes. Lo importante es no llegar a una situación similar a la de 2001.

Por otro lado, este tipo de “soluciones” restan responsabilidad a los votantes. La democracia no es un producto de consumo desechable. Esperemos que esta situación nos sirva para crecer como demócratas.

En su opinión, ¿cómo debería responder el ejecutivo para solucionar la situación actual?
Lo mejor para el país es que el presidente decida gobernar buscando solucionar los problemas de los peruanos más necesitados. Para ello, debe alejarse de ideologías que históricamente no han demostrado resultados. Debe buscar profesionales técnicos idóneos para los ministerios, que planteen las políticas públicas que se necesitan. Por su parte, el primer ministro debe ser capaz de concertar y conciliar posturas antagónicas. En caso contrario, lo mejor sería dar un paso al costado, o que el Congreso lo vaque.

¿Qué escenario político viviría el país si la vacancia llega a ser aprobada?
En este último supuesto, la presidencia sería asumida por Dina Boluarte. Habrá que ver si cumple su promesa de renunciar ante la salida del presidente Castillo. En ese caso, el artículo 155 de la Constitución establece que el presidente del Congreso asume la Presidencia de la República. Sin embargo, no basta con trasladar la máxima magistratura del Estado de mano en mano. Se necesita compromiso de las personas que están en la línea de sucesión para gobernar el país con profesionales y con actitud de diálogo en búsqueda de soluciones conciliadoras.

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