04

Ene

2022

Artículo de opinión

Formación presencial versus formación virtual

Tras casi 2 años de distanciamiento social, hemos descubierto en nosotros nuevas habilidades y las hemos potenciado a través del aprendizaje y la experiencia, dando un notable “salto” que nos hizo crecer personal y profesionalmente.

Por Elsa Alama. 04 enero, 2022. Publicado en El Tiempo (Suplemento dominical), el 26 de diciembre de 2021.

El 16 de marzo de 2020 marcó un hito sin precedentes en la vida de las personas a nivel mundial. Nos vimos confinados, afrontando la pérdida de trabajo, la quiebra de un negocio, y peor aún, la pérdida de seres queridos.

No obstante, y acorde con la frase de Darwin “las especies que sobreviven no son las más fuertes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”, el hombre ha demostrado una capacidad enorme para sobreponerse y adaptarse a cualquier situación. Más aún, se ha demostrado que ha sabido sacar provecho del cambio, pues no son pocos los nuevos emprendimientos que han surgido a raíz de la pandemia.

El disponer de más tiempo en casa, ha permitido no sólo dedicar más horas a la familia, sino dedicar más tiempo a la propia formación. Los que no son nativos digitales, se han visto obligados a dedicar tiempo y esfuerzo en aprender tecnologías que nunca antes usaron, y no sólo porque la empresa o la institución en la que trabajan les impartió la capacitación sino muchas veces por iniciativa propia. Estos casos se han dado con mayor frecuencia en personas autónomas o con pequeños negocios que para poder seguir operando han tenido que aprender por su cuenta, y es que internet ofrece muchas posibilidades para este tipo de aprendizaje, a través de videos de youtube donde personas que dominan alguna habilidad la comparten de manera gratuita o a bajo costo. Incluso han aparecido plataformas de capacitación como Crehana o Domestika donde encuentras cursos de nutrición, adiestramiento canino, diseño, etc., a precios bastante asequibles a todas las economías.

Existe también en internet, plataformas de formación gratuitas como E-learning Moodle, Edmodo, Coursera, MiriadaX, entre otras. En su mayoría, estas plataformas ofrecen cursos “enlatados” o asincrónicos, grabados con antelación para que el alumno lo escuche en el momento que pueda o quiera.

Sin embargo, la formación digital en tiempo real también llamada sincrónica, ofrece en mi opinión, mayor satisfacción y mejores resultados para los alumnos, pues no sólo permite la interacción alumnos-docente a través del aula virtual, sino que hay también un acompañamiento debido a la retroalimentación que el docente ofrece al alumno.

Este tipo de formación suele ser tener precios más elevados, pues el docente invierte tiempo preparando clase, material complementario y dictando en tiempo real los temas. Por otra parte, está disponible para consultas en aula virtual y fuera de ella a través del correo electrónico, wasap y otros aplicativos. Por último, dedica tiempo a la evaluación de exámenes, trabajos, etc., presentados por los alumnos.

La oferta de formación con estas características usualmente es impartida por instituciones educativas que operaban de manera presencial antes de la pandemia y que debido a las circunstancias tuvieron que adaptar su oferta educativa a la virtualidad. Éstas instituciones cuentan con personal docente a tiempo completo o parcial, se trata en la mayoría de los casos de educadores con amplia experiencia y excelente nivel académico. Siendo esto último, otra de las razones de un precio más elevado.

Las autoridades educativas aún no especifican cómo y cuándo se retornará al formato presencial, pues el tema no es tan sencillo. Si bien es cierto, el punto álgido de la pandemia ha pasado, sigue habiendo contagios con las nuevas variantes del Covid, siendo necesario mantener las normas de salubridad establecidas: desinfección frecuente de espacios, lavado de manos, uso de mascarilla, y distancia social. Esta última, genera una complicación pues el aforo de las aulas es limitado.

La nueva normalidad pues, nos enfrenta a las instituciones educativas de pregrado y posgrado a elegir entre diferentes posibilidades de formación. Por un lado, tenemos la formación presencial de siempre. No cabe duda, que nada sustituye el face to face, la interacción directa, la calidez, el compartir con los compañeros de aula, profesores, colegas, etc. Por otra parte, la formación virtual en sus variantes síncrona y asíncrona, con las ventajas que ofrece de conectarse desde cualquier ubicación geográfica, evitando pérdida de tiempo y dinero en el traslado.

De alguna manera todos han experimentado los pros y contras de la educación virtual, y deberán elegir objetivamente la conveniencia de retornar completamente al formato presencial, quedarse en la virtualidad, o adaptarse a un modelo híbrido, que en mi opinión es el que podría ofrecer más ventajas a instituciones educativas y alumnos.

Por una parte, no se pierde la calidez y cercanía de las personas, tan necesarias pues el hombre es un ser social; y por otra, el disponer de más tiempo para estar en familia y/o realizar otras actividades. Sin duda, el éxito del modelo de formación va a radicar, en la correcta combinación de porcentajes de presencialidad y virtualidad que adopte la institución, yendo de la mano con la satisfacción de las necesidades actuales de profesores y alumnos.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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