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Sep

2021

Artículo de opinión

El regreso a la presencialidad: ¿continuidad o cambio?

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Esto amerita una reflexión desde las diferentes ciencias y profesiones; con el concurso y el compromiso de los diferentes agentes es posible crear condiciones seguras y eficaces para que la niñez crezca con autenticidad.

Por Moises Pariahuache. 27 septiembre, 2021. Publicado en El Tiempo, el 26 de setiembre de 2021.

La vuelta a la escuela es cada vez más demandada, por las familias, profesores y estudiantes. Están convencidos de que esta es un escenario positivo para el desarrollo de la niñez y que invita a los escolares a tener más autonomía, a socializar, a convivir en un espacio organizado, a participar en experiencias de aprendizaje. Con la ligera mejoría de la crisis sanitaria y la emergencia educativa, cabe preguntarse: ¿hay deseo real de retornar a las escuelas?

En este punto, conviene saber: ¿qué quiere cada agente educativo? y ¿qué motivos hay para volver? Algunos docentes, tras evaluar las condiciones de su entorno, se vienen reuniendo con sus alumnos en los colegios. Consideran que con la relación personal pueden ayudar a más y mejor en el desarrollo integral de sus estudiantes; y, felizmente, las condiciones les está permitiendo hacer su trabajo.

Pero, para volver a clases también intervienen otros actores y criterios: del Minsa, del Minedu, y de autoridades políticas locales. Tal vez, ese tipo de implicancia sirva para emprender caminos concertados y propositivos, complementar el rol cautelador con la cooperación sostenida. Si se asume la educación como un asunto de interés público, todos resultan necesarios en la formación del capital humano.

En las familias hay un claro interés (e inquietudes) por recuperar el ritmo en la educación de los escolares. En este ámbito se requiere una propuesta educativa flexible y con claridad de objetivos, además, una adecuada estrategia de comunicación que motive la permanencia en el sistema escolarizado. En cuanto al profesorado, hay quienes sí están decididos por el retorno; pero, también hay otras posturas distintas. Eso se tiene que sincerar.

La escuela se dinamiza con el trabajo del profesor, para esta labor aparecen varios desafíos: cómo organizar la propuesta para una semipresencialidad voluntaria que optimice el esfuerzo y evite sobrecargas laborales; cómo subsanar las posibles ausencias y/o interrupciones, o cómo valorar y retroalimentar el progreso de los niños que seguirían modalidades distintas.

El retorno tiene claro el ‘a dónde’ (a la escuela); pero no, el ‘para qué’ y el ‘cómo’. Aún no hay respuestas claras a estas interrogantes. ¿Se regresará con las mismas metas o se incorporarán las necesidades advertidas en la crisis?; ¿se institucionalizarán cambios?, ¿qué rol tendrán las tecnologías y las ciencias?, ¿habrá espacio para la formación de virtudes?, entre otras

La Educación Básica es crucial para el desarrollo de las personas y debería llegar a todos. Esto amerita una reflexión desde las diferentes ciencias y profesiones; con el concurso y el compromiso de los diferentes agentes es posible crear condiciones seguras y eficaces para que la niñez crezca con autenticidad.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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