19

Jun

2018

Planeación y control: dos caras de una moneda

Una vez identificados los objetivos a alcanzar, deben establecerse los mecanismos de control con los indicadores que vayan mostrando si se van cumpliendo las actividades, de modo que permitan cumplir con lo establecido.

Por Juana Huaco. 19 junio, 2018.

En esta última entrega sobre el proceso administrativo, hablaremos sobre el control. Una vez que las actividades se han llevado a cabo, que ya han sido direccionadas, es necesario conocer si se han llevado a cabo tal cual se había planificado, o determinar si surgieron algunas desviaciones positivas o negativas.

Esto hay que evidenciarlo; por tanto, es primordial que si se han planificado e identificando los objetivos a alcanzar, se establezcan los mecanismos de control con los indicadores que vayan mostrando si se van cumpliendo las actividades de modo que permitan cumplir con lo establecido.

Los indicadores mostrarán las desviaciones que se vayan presentando, ante las cuales será necesario tomar acciones correctivas para evitar que haya desviaciones mayores que impliquen costos a la empresa. Asimismo, también es importante identificar los aspectos positivos para reforzarlos, pues estos ayudarán a la empresa a conseguir una mayor efectividad.

Por tanto, en estas medidas radica el fundamento para reconocer que las funciones de la planeación y el control, son dos procesos o “caras de una misma moneda”: no hay planificación eficaz si no hay mecanismos de control; y no hay un control efectivo si no se tiene una buena planificación que señale las metas que se desea cumplir.

Ambas funciones corresponden al inicio y al fin de todo proceso administrativo, básico para la administración de toda empresa.

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