En el 50.º aniversario del término de la construcción del primer edificio de la UDEP, los arquitectos Ernesto Mavila y Pedro Escajadillo brindaron detalles sobre la obra.
Por Lucy Vicente Chamba. 24 noviembre, 2025.
El Edificio Principal de la Universidad de Piura, el primero de Campus Piura, se comenzó a construir en 1968; y en 1969, se inició las actividades académicas, en un tercio de este edificio. Los años posteriores continuaron las ampliaciones hasta culminarse en 1975 (hace 50 años).
Por este aniversario, la Dirección de Patrimonio Cultural Universitario y el Centro Cultural de la UDEP organizaron el conversatorio “Cincuenta años del edificio principal: Arquitectura y Memoria” con el objetivo de conmemorar el cincuentenario y destacar el diseño arquitectónico del edificio y su valor patrimonial.
En el evento, realizado el 19 de noviembre, el arquitecto Pedro Escajadillo, profesor del programa de Arquitectura de la Universidad de Piura, explicó que la construcción del edificio se organizó en tres bloques. “El primero estaba próximo a San Eduardo, que era el punto más cercano a la ciudad, a través de una trocha. Entonces se inició la construcción el 8 de agosto de 1968, en un terreno donde no había más que arena y unos cuantos algarrobos”, dijo.
Describió que, en el primer piso se habilitaron los laboratorios de Física y Química, la Secretaría General, el Rectorado y la Biblioteca; en el segundo, dos aulas para Artes Liberales (para las carreras de Ciencias de la Información y Administración de Empresas); y en el tercero, dos aulas para Ciencias de la Ingeniería (hoy Facultad de Ingeniería). “Una de ellas era la 324, (denominada Aula magna), espacio emblemático, donde se realizaban ceremonias, eventos académicos y, después, sustentaciones de tesis”.
Asimismo, precisó que la infraestructura del Edificio Principal tiene veinticuatro módulos de 6.50 por 8.50 metros, distribuidos en cinco bloques estructurales e independientes. Una de las fortalezas de este edificio, agregó, es su estructura aporticada, en la que las columnas y las vigas sostienen la infraestructura y las paredes no son elementos estructurales. “Literalmente, podríamos retirar los muros del edificio y la infraestructura permanecería sólida”, afirmó.
Precisó que esta versatilidad ha permitido las diferentes remodelaciones y ampliaciones del edificio, que hoy cuenta con más aulas, pasillos y la capilla universitaria.
“Un prodigio de estudio”
El arquitecto Ernesto Mavila recordó, en una entrevista en video -proyectado durante el evento-, que su primer contacto con el edificio y la universidad fue como dibujante en la oficina del arquitecto Pérez Rosas (autor del diseño de la obra). Anotó que, inicialmente, consideró que se trataba de un edificio “simple”, pero después lo valoró como “un prodigio de estudio”, por la atención meticulosa de los detalles y condiciones climáticas del terreno que se tuvieron en cuenta en el diseño.
Trabajo constante de los pioneros
Mavila destacó que una figura central en el diseño y la construcción del edificio fue el ingeniero Eugenio Giménez, quien posteriormente se convirtió en sacerdote. “Estudiaba cada detalle del diseño. La penetración del sol, el sentido del viento y toda la armonía. Incluso, a veces, el arquitecto Pérez Rosas hacía lo que el ingeniero le indicaba”, dijo.
El arquitecto Escajadillo, también resaltó la dedicación de los pioneros como Ramón Mugica, Víctor Morales, Eugenio Giménez y Miguel Samper que, junto con otras personalidades, analizaban y supervisaban cada detalle de la obra “en aquel entonces rodeada, únicamente, de arena”, dijo. “El primer rector, Ricardo Rey supervisaba de manera permanente cada trabajo en obra. Venía con traje y corbata, bajo el sol y sin sombra, para verificar cada parte de la estructura”, acotó.
