El proyecto “Llevando la ciencia a mi barrio” promueve el aprendizaje activo y refuerza la vocación docente desde los primeros ciclos. En este periodo llevaron ciencia a estudiantes de la urbanización Ignacio Merino y en el distrito de Castilla.
Por Aisa Serrano Caballero. 09 julio, 2025.Desde hace más de una década, los estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Piura participan en una experiencia formativa que conecta el aprendizaje con la realidad de sus comunidades. Se trata del proyecto “Llevando la ciencia a mi barrio”, una iniciativa liderada por la profesora María del Carmen Barreto, que permite a los futuros maestros aplicar sus conocimientos en contextos reales, enseñando ciencia y tecnología a niños que viven en el mismo barrio que ellos, y, en algunos casos, a sus familiares.
A través de sesiones experimentales, los estudiantes diseñan actividades para enseñar a los niños conceptos fundamentales como la medición del pH y su utilidad para elegir un champú, la permeabilidad del suelo y su importancia para el tipo de planta, o las reacciones químicas y los factores que modifican su velocidad, mientras los guían paso a paso en las fases de la indagación científica.
La profesora Barreto, responsable del curso, explica que esta iniciativa permite que los estudiantes vivan una experiencia integral de planificación, ejecución y evaluación pedagógica. “Para un futuro docente, la interacción con los alumnos es importante. En esta línea, el proyecto busca que los estudiantes planifiquen, diseñen, ejecuten y reflexionen sobre los resultados obtenidos en su intervención pedagógica. En todas las etapas cuentan con asesoría docente, graban en video todas las sesiones del taller y realizan un análisis detallado para identificar aspectos a mejorar y aciertos alcanzados”, señala.
Sobre la edición 2025 del proyecto, destaca una novedad que ha fortalecido el análisis reflexivo de los participantes: “Las alumnas transcribieron parte de las sesiones del taller. Así, pudieron analizar las respuestas de los niños; y su participación como docentes. Esto permitió una retroalimentación más completa y rigurosa de su intervención pedagógica”.
En esta edición del proyecto, participaron activamente todas las estudiantes del curso.
Para Doris Medalith González Vázquez, la experiencia fue profundamente transformadora: “He aprendido mucho sobre la importancia de dominar el contenido, pero también la didáctica. Es decir, cómo enseñar realmente a los niños de acuerdo a su edad y cómo llegar hacia ellos para que puedan aprender y consoliden sus aprendizajes”, señala.
También destaca que el proyecto les exigió seleccionar temas relevantes y accesibles para sus pequeños estudiantes:
“Elegimos los que eran novedosos, de interés para los niños y que tuvieran viabilidad para trabajarlos con los recursos disponibles”.
Por su parte, Anarely Berenise Arcenes Mena resalta el valor pedagógico del proceso completo: “El proyecto se ha aplicado en dos sesiones. La primera fue teórica, en esta vimos la formulación de la pregunta investigable, la hipótesis, las variables, el diseño experimental, el registro de datos y las conclusiones. Luego, hicimos una sesión práctica, con experimentos sencillos”.
Ambas coinciden en que esta vivencia les permitió reafirmar su decisión de ser maestras. “Ha sido una experiencia gratificante porque, al compartir con los niños, hemos confirmado nuestra vocación y también practicado cómo es enseñar de verdad”, afirma Anarely.
