La psicología contribuye al conocimiento integral del ser humano, así lo sostiene Raúl Franco, profesor de la UDEP. Advierte que la profesión exige un enfoque humanista e integral, dejando de lado ideologías relativistas o hedonistas.
Por Lucy Vicente Chamba. 09 junio, 2025. Publicado en El Tiempo, el 8 de junio 2025El magíster Raúl Franco, profesor emérito de la Universidad de Piura y pionero en la creación del programa académico de Psicología, subraya que la salud mental no puede entenderse como únicamente la adaptación al entorno, sino como una realización progresista de la persona.
Asimismo, expresa su preocupación por el rumbo de la psicología moderna, centrada en lo observable, lo subjetivo y lo emocional. Hace un llamado a ejercer una “psicología con alma” que considera la dimensión integral y trascendental de la persona.
¿La psicología está perdiendo la dimensión humanística?
Gran parte de la psicología, influida por filosofías positivistas, reducen el conocimiento a lo observable y verificable. Se encuentra fuertemente afectada por el relativismo, que niega la existencia de verdades universales y reduce la verdad a percepciones subjetivas o construcciones culturales.
También, hay una buena dosis del romanticismo del siglo XIX, donde se priorizan las emociones por encima de la razón y la voluntad, lo que contribuye a una visión desequilibrada del ser humano. Grandes figuras de la psicología, como Freud y Ellis, comparten una ética hedonista y utilitarista, identificando lo bueno con lo placentero y útil, sustituyendo la concepción humanista de la objetividad del bien.
¿Qué acciones se deben emprender para construir una psicología integral?
Un desafío esencial es construir una “psicología con alma”. Se debe colocar a la persona en el centro. Esta orientación no se define por una atención individualizada, sino por abordar a las personas considerando sus dimensiones constitutivas como su singularidad; su intimidad y su apertura.
La singularidad del ser humano es ese carácter único e irrepetible, y se perfecciona en la medida en que va desarrollando lo que está llamado a ser. La intimidad es el espacio interno del humano donde desarrolla su riqueza personal. Y, la apertura es la capacidad para relacionarse con el mundo y con los demás de manera auténtica y trascendente.
¿Qué significa una psicología con alma?
Una psicología con alma parte del concepto de persona. Abarca tres dimensiones: la corporal, la psicológica y la espiritual. Una de las diferencias entre la visión centrada en la persona y las “psicologías sin alma” se da entre la visión teológica y adaptativa.
Desde la visión teológica, el ser humano muestra una inclinación natural hacia el despliegue de potencialidades y busca ir más allá de lo inmediato y biológico, va hacia la trascendencia. En contraste con las corrientes psicológicas actuales (la visión adaptativa) que explican el desarrollo humano como una mera respuesta, la existencia de la persona se reduce al ajuste frente al entorno y el desarrollo, como una reacción a estímulos externos orientados a la supervivencia, al placer, al bienestar o al equilibrio.
La visión teleológica considera que el crecimiento y cambio humano surgen de una fuerza interior orientada al sentido y a la plenitud. La visión adaptativa lo explica como una reacción a estímulos externos, por la necesidad de adaptación y supervivencia. Debemos considerar que ambas están presentes en todo hombre.
¿El enfoque adaptativo darwiniano ha dejado repercusiones en la sociedad?
Este paradigma, influido por el evolucionismo, ha favorecido una visión utilitarista del ser humano, donde lo “bueno” se equipara a lo funcional. Donde los trastornos se interpretan como carencias o fallos de ajuste al entorno. El cambio terapéutico se concibe como una mejora adaptativa, evaluada mediante criterios normativos establecidos en los manuales de diagnósticos de salud mental.
Un trastorno, por lo tanto, se define como una desviación del modelo considerado “normal”, construido a partir de consensos clínicos. La salud mental se explica desde una perspectiva funcional, entendida como la capacidad del individuo para ajustarse eficazmente a su entorno.
¿Se está reduciendo la autorrealización de la persona a la frase “sentirse feliz”?
El hombre no está hecho para vivir satisfaciendo sus necesidades, ni estas explican únicamente las razones del comportamiento psicológico. El ser humano no se transforma, actúa o madura solo por carencia, como ocurre en los animales. También lo mueve la abundancia interior: ama, conoce, crea y sirve, no por necesidad sino como expresión de su riqueza personal.
Su comportamiento no está guiado por la necesidad sino por el impulso de ser más, una fuerza que no nace de la obligación, sino del deseo profundo de plenitud. La búsqueda de libertad, conocimiento, servicio, bien, verdad y belleza no brota de una necesidad, sino de la efusión del espíritu, que lo impulsa a perfeccionarse y a transformar el mundo.