El 31 de mayo falleció la magíster Catalina Lapel, profesora de la UDEP del 2003 al 2023. Su partida deja, entre colegas y exalumnos, un ejemplo de integridad en el trabajo, compañerismo y capacidad de escucha.
Por Dirección de Comunicación. 03 junio, 2025.Hace casi un año, en un acto de gratitud y despedida ofrecido por la Universidad de Piura a la profesora Lapel, por su jubilación, ella se mostró satisfecha por sentir el aprecio de sus colegas, compañeros y estudiantes. Y, de la universidad, comentó que se llevaba “la enseñanza de la disposición al servicio alegre y constante que observa diariamente en las personas que la rodean”.
Ante su partida, la doctora Yolanda Espiña, directora del Departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades, ofrece esta emotiva semblanza sobre Catalina Lapel.
“Formó parte del cuerpo docente del Departamento de Filosofía. Desde allí, dictó sucesiva o simultáneamente gran parte de las asignaturas troncales del Plan Humanístico común para toda la universidad. Con su magisterio, contribuyó a fijar un ADN plenamente universitario en la entraña intelectual de los que han tenido la fortuna de ser sus alumnos.
El amor riguroso por la verdad en la asignatura “Realidad y Conocimiento”; el alcance y magnanimidad de la acción humana individual y social en la asignatura “Ética Ciudadana”, y, muy particularmente, el valor de la persona, su dignidad y condición desde la asignatura “Persona y Sociedad”, por mencionar solo algunos de los cursos que enseñó, han sido faros de transmisión desde un pensamiento vivido y encarnado en su capacidad docente y un luminoso desprendimiento, que la llevaron a afirmar, tantas veces, que a los profesores “nos toca sembrar a voleo…”, dejando caer la semilla al viento de las oportunidades, sin esperar otra cosa que haber cumplido su misión.
Catalina no se quedó en la mera teoría o transmisión abstracta, sino que, en tantas ocasiones, organizó con sus alumnos acciones de voluntariado, en diversas dimensiones: para ayudar a los carentes de recursos, extender a los demás los conocimientos adquiridos, contribuir a la formación del carácter en los más desfavorecidos, realizar acciones de respeto por la naturaleza, etc.
El impacto de estas acciones no se quedó solamente en sus beneficiarios directos, sino que marcó una huella imborrable en la sensibilidad de aquellos que lo ejercieron, que se supieron nacidos también para dar y compartir.
Siendo y habiendo sido ese faro de humanismo, no podemos dejar de resaltar, sin embargo, que la formación de Catalina Lapel provenía de otro ámbito muy diferente: era arquitecta por la Universidad Nacional de Ingeniería. Quizá por ello, pudo aportar un sentido intensificado de belleza y estética, un conocimiento extendido del espacio y del ambiente, un rigor científico para la comprensión de la amplia extensión de lo que son las humanidades.
Esa combinación de saberes se extendió a un interés más radical por la especulación filosófica. Habiendo cursado una Maestría en Filosofía, con Mención en Antropología Filosófica en la Universidad de Piura, fue movida a conocer el pensamiento de Leonardo Polo, a través de un análisis de su noción de virtud, y a valiosas investigaciones posteriores, en las que profundizó en el ámbito de la antropología trascendental.
En definitiva, la profesora Catalina Lapel deja una huella en todos los que la hemos conocido, colegas y amigos y alumnos, que no podremos borrar: la huella de su presencia que encarnaba muy bien el espíritu de la Universidad de Piura“.