Hace un poco más de dos semanas, el papa Francisco partió para su encuentro con el Señor. Hoy, 133 cardenales del mundo están reunidos en un cónclave para elegir al sucesor de Pedro.
Por Luis Delgado Rivadeneyra. 07 mayo, 2025.
El padre Ricardo Bazán, doctor en Derecho Canónico, explica que el cónclave es uno de los actos más sagrados, secretos e importantes de nuestra sociedad, desde el siglo XIII.
“A lo largo de la historia, la iglesia es la única institución donde se ha continuado con esta praxis de manera ininterrumpida. El cónclave es clave porque garantiza la sucesión apostólica, es decir, la elección del obispo de Roma, que es el papa. De esta manera, se puede asegurar que la Iglesia Católica de hoy es la misma que fundó Jesús hace miles de años”, afirmó el capellán de la UDEP.
Por otro lado, el padre Bazán señala que el origen del cónclave se remonta a 1268, cuando en la localidad de Viterbo (Roma) se reunieron los cardenales para elegir a la nueva cabeza de la Iglesia Católica.
“Aquel suceso demoró más de dos años y, por ello, los encerraron con llave hasta que lograsen tomar una decisión. De ahí viene el origen de la palabra cónclave (cum clave) que significa con clave o con llave”, indica el p. Bazán.
Detalla que, durante este tiempo y hasta la elección del nuevo sumo pontífice, la gestión de la iglesia recae en manos del Camarlengo y del Colegio de Cardenales. El cardenal camarlengo es quien se encarga de administrar los bienes de la iglesia, gestionar la transición, organizar el funeral del papa fallecido y el cónclave.
“Sea quien sea el papa electo, los cardenales elegirán al sucesor de Pedro, a quien Cristo dejó el encargo de gobernar su Iglesia, la Iglesia de Cristo. Por eso, todos los fieles católicos, laicos, religiosos y sacerdotes, procuramos amar mucho al papa. Este amor se traduce en fidelidad, haciendo a un lado las preferencias, pues se trata de un amor teológico, que nos lleva a ver al representante de Cristo en la tierra”.
