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Mar

2022

Artículo de opinión

Nuevo marketing

Piensa en lo siguiente: un socorrista nunca dedica mucho tiempo a dar instrucciones a la persona que está ahogándose. Si tienes lo que quieren, ellos no tendrán más remedio que adquirir lo que ofreces y recomendarte.

Por Juan Quinde. 02 marzo, 2022. Publicado en Correo, el 19 de febrero de 2022.

 

Seth Godin, considerado por especialistas como un gurú del marketing, manifiesta que este no debe ser usado para solucionar los problemas de la empresa, sino que debe utilizarse para solucionar los problemas de sus clientes. La pregunta nuclear es “¿a quién puedo ayudar?” Es decir, qué personas estarán abiertas a creer y se sentirán agradecidas por lo que ofreces. Se requiere comprender los puntos de vista y los deseos de nuestros clientes para conectar con ellos. La mejor estrategia, manifiesta Godin, es encontrar una cerradura (mercado) y, luego, confeccionar la llave (producto). Así de contundente y revelador.

¿Encaja o no encaja? Encuentra el lugar en el mapa donde tú, y solo tú, seas la respuesta perfecta. Y, olvídate de la idea de que la gente quiere tu producto, no es así; lo que la gente quiere realmente es que le soluciones un problema, que alivies sus dolores. En ese sentido, la sencilla promesa del marketing se concentra en tres ideas: Mi producto es para gente que cree “____”; me centraré en gente que quiere “____”; y te aseguro que comprometerte con lo que hago te ayudará a obtener “____”.

Se requiere: empatizar (levantarse de la silla e ir a la calle para entender a tu cliente, preguntar); empezar por un mercado mínimo viable; es decir, con unas pocas personas que crean que es indispensable lo que ofreces; preparar historias para presentarte al mundo, explicándolas con emoción y con un lenguaje simple; buscar que cada cliente te recomiende con un interesado; y, que no olvides hacer acto de presencia, pero con humildad.

La clave del éxito es buscar gente adecuada (la cerradura) para ofrecerles la llave (el producto) que necesita. Piensa en lo siguiente: un socorrista nunca dedica mucho tiempo a dar instrucciones a la persona que está ahogándose. Si tienes lo que quieren, ellos no tendrán más remedio que adquirir lo que ofreces y recomendarte.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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