14

Ene

2022

Artículo de opinión

Alas y raíces para nuestros hijos

Nuestros hijos no deben seguir nuestros sueños, sino sus propios deseos, y metas. Debemos darles raíces y alas: raíces sanas para sostenerse y estar apegado a la tierra que nutre, para resistir las tormentas que vendrán.

Por Jaime Ancajima. 14 enero, 2022. Publicado en El Tiempo, el 27 de diciembre de 2021.

La semana pasada tuve la dicha de ser parte de un significativo almuerzo de graduación de la promoción “Matteo Ricci 2021” en la cual mi hijo Sebastián junto con sus amigos cerraron la bella etapa de los estudios de colegio de Secundaria.

Todos los padres de familia brindamos y celebramos también su ingreso a diferentes universidades del país. También disfrutamos de toda su energía, amor, amistad, y de todos los sueños que nuestros hijos compartieron con nosotros en sus abrazos, cantos, bailes y palabras.

En todos los mensajes dedicados a nuestros hijos, todos enfatizamos en lo que deben seguir haciendo de ahora en adelante: buenas personas, ser felices, perseverar por lograr sus sueños y objetivos, recordar sus raíces, nunca olvidar sus profesores, compañeros y colegio y, sobre todo, tener a Dios siempre presente en sus vidas.

Todos en la vida vamos cumpliendo etapas y poniéndonos nuevas metas: educación Inicial, colegio de Primaria y Secundaria, universidad, trabajo, casarse, hijos, etc. No hay nada más bello que lograr nuestros objetivos; pero estos son mucho más gratificantes cuando nuestros hijos y sus amigos van avanzando en la vida y logran independizarse y valerse por sí mismos.

Nuestros hijos no deben seguir nuestros sueños, sino sus propios deseos, y metas. Debemos darles “raíces y alas: raíces sanas para sostenerse y estar apegado a la tierra que nutre, para resistir las tormentas que vendrán, aunque a veces se doblen y tengan que luchar para volver a ponerse en pie y alas para ser ellos mismos, para buscar su propio camino y hacerlo con entusiasmo y convicción. Sin miedos ni ataduras a pesar de las complicaciones que siempre se presentarán. Con la naturalidad del que sabe que el conflicto forma parte de la vida y precisamente por eso hay que saber superarlo”.

José Saramango, Premio Nobel de Literatura, escribió: “Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros aprender a tener coraje. Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien puede tener, porque es exponerse todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo de perder algo tan amado. Es apenas un préstamo… El más preciado maravilloso prestamos ya que son nuestros solo mientras no pueden valerse por sí mismo, luego le pertenece a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos”.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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