17

Sep

2021

Columna Horizontes

El terror de los buenos

Cuando se reduce el ser humano al colectivo, y los colectivos a buenos y malos (opresores y oprimidos, victimarios y víctimas, etc.), se anula la responsabilidad moral individual y se justifica todo.

Por Enrique Sánchez. 17 septiembre, 2021. Publicado en Correo, el 17 de setiembre de 2021.

El 18 de agosto de 1919, el periódico soviético “La Daga Roja” publicaba como editorial:

“Nosotros rechazamos los viejos sistemas de moralidad y ‘humanidad’ inventados por la burguesía para oprimir a las ‘clases inferiores’. Nuestra moralidad no tiene precedentes, nuestra humanidad es absoluta porque se basa en un nuevo ideal: destruir toda forma de opresión y de violencia. Para nosotros todo está permitido, porque somos los primeros en el mundo que levantan la espada no para oprimir y reducir a la esclavitud, sino para liberar a la humanidad de sus cadenas… ¿Sangre? ¡Que la sangre corra a raudales!”.

Cuando se reduce el ser humano al colectivo, y los colectivos a buenos y malos (opresores y oprimidos, victimarios y víctimas, etc.), se anula la responsabilidad moral individual y se justifica todo. Hasta el terror. Porque todo estará permitido a quienes son –por su grupo– buenos, contra quienes son –por su grupo– malos. Es la fórmula maniquea del Bien o la Luz contra el Mal o las Tinieblas.

Hoy, como ayer, se multiplican las delaciones, los tribunales del pueblo, los juicios sumarios, los linchamientos colectivos y cancelaciones. En los países democráticos, la caza de brujas se realiza ahora a través de las redes sociales. Sin sangre, es cierto, pero con consecuencias devastadoras para la vida de los cancelados. Basta una palabra o frase equivocada para ser encajonado en el grupo del mal. Y para sufrir a la jauría de fanáticos del grupo del bien.

Hay, sí, ideas más valiosas que otras para las sociedades y para el ser humano. Pero mantener ciertas doctrinas, o formar parte de cierto colectivo, no te hace mejor o peor que nadie. Son nuestras obras las que nos definen. Y, entre ellas, la caridad: el tratar a cada ser humano (en especial, al que consideramos más ajeno) con la dignidad que se merece.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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