21

Ene

2020

Artículo de opinión

¿Cómo ser los autores de nuestra vida?

Nada vale más que la vida y no hay nada ni nadie que nos pueda poner un límite, solo nuestra propia mente. Luchemos por la felicidad, que es darle contenido y rumbo a nuestra vida.

Por Jaime Ancajima. 21 enero, 2020.

“Si sos joven tienes que saber esto: la vida se te escapa y se te va minuto a minuto, y no puedes ir al supermercado y comprar vida. Entonces, lucha por vivirla, por darle contenido a la vida”, (José Mujica).

Cuando era niño me quejaba por no tener un padre, no vivir en mi propia casa, no estudiar en el colegio que deseaba, no poder vestir la ropa que me gustaba y muchas otras cosas más. Con los estudios, el trabajo y el tiempo, comprendí que de cierta manera podemos darle orientación a nuestra vida y ser autores del camino que esta tome, tal cual lo mencionó el expresidente de Uruguay José Mujica en un maravilloso discurso en Ecuador.

Mujica, a lo largo de todo su discurso, menciona muchos pensamientos que son muy alentadores y que vale la pena rescatar para que todos, especialmente nuestros jóvenes, valoremos el tiempo y la vida.

Exhortó a que no somos vegetales. La diferencia entre la vida humana y las otras formas de vida es que, a la primera, hasta cierto punto, podemos darle una orientación, un rumbo. No somos como un vegetal que vive porque nacimos. Después de haber nacido podemos darle un contenido o no; podemos estudiar, trabajar, producir, ayudar, crecer y desarrollar todas nuestras capacidades y dones.

Si tenemos sueños y esperanzas, luchemos por llevarlos a cabo e intentemos transmitírselos a nuestras familias y amigos. La esperanza humana se va realizando en las nuevas generaciones. Nada vale más que la vida y no hay nada ni nadie que nos pueda poner un límite, solo nuestra propia mente.

Luchemos por la felicidad, que es darle contenido y rumbo a nuestra vida. No permitamos que nos la roben. No hay una receta para la felicidad pues esta está en la conciencia. Usemos la maravillosa oportunidad de haber nacido, casi milagrosa, y disfrutemos de todo lo que nos hace felices; pues el pasado ya pasó y el futuro nunca llegará. Seamos felices con el presente, con los que nos rodean, con lo que somos, con lo que sabemos, con lo que podemos.

Lo imposible cuesta un poco más, y solo estaremos derrotados si bajamos los brazos y nos damos por vencidos. La vida nos ha dado, nos da, y nos seguirá dando mil tropezones en todos los órdenes: el amor, en el trabajo, en la aventura de lo que estamos pensando, en los sueños que pensamos concretar; pero debemos tomar aliento una y mil veces; levantarnos y volver a comenzar o seguir, porque lo importante es el camino.

La vida es bella, muy hermosa a pesar de todo; por eso, vivámosla al tope y aprendamos a valorarla en cualquier circunstancia. Luchemos por ella e intentemos transmitirla; porque la vida no es solo recibir, sino que es, antes que nada, dar algo de lo que tenemos. Así que, por más problemas que tengamos, siempre (¡siempre!) tendremos algo para darle a los demás.

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