El interés por cuidar la salud y tener una vida sana está en aumento. Hoy las personas tenemos más conciencia de que la prevención es importante y que el chequeo médico es necesario. Ayer celebramos el Día de la Medicina Peruana y recordamos la labor de los especialistas en la salud. Hoy,  aprovechamos la ocasión […]

Por Susana Terrones Juárez. 07 octubre, 2013.

El interés por cuidar la salud y tener una vida sana está en aumento. Hoy las personas tenemos más conciencia de que la prevención es importante y que el chequeo médico es necesario. Ayer celebramos el Día de la Medicina Peruana y recordamos la labor de los especialistas en la salud. Hoy,  aprovechamos la ocasión para referirnos al impresionante mundo de la terminología médica y de cómo los hablantes nos familiarizamos con ella.

La palabra “terminología” se concibe, por un lado, como la disciplina lingüística que estudia los términos propios de un campo científico y técnico; y, por otro, como el ‘conjunto de términos o vocablos propios de determinada profesión, ciencia o materia’ (DRAE, 2001): terminología de los maestros, de los médicos, de los ingenieros, etc.

En cuanto al campo médico, cabe indicar que la mayoría de sus vocablos provienen del griego y del latín. según los manuales de terminología médica, muchos de ellos combinan palabras que describen partes del cuerpo, su función o condición y pueden estar constituidos hasta por cuatro posibles partes: raíz, prefijo, sufijo y ligas o vocales combinantes. Por ejemplo, “panarteritis” (‘inflamación de todas las arterias’) tiene tres de estos componentes: el prefijo “pan-” (‘todo’), la raíz “arter” (referente a las arterias) y el sufijo griego “-itis” (‘inflamación’); “rinoplastia” (‘modelado quirúrgico de la nariz’) presenta la raíz “rino” (‘nariz’) y el sufijo “-plastia” (‘modelado quirúrgico).

Por lo general, los términos médicos contienen al menos una raíz, que es el elemento nuclear, pero no necesariamente un prefijo o un sufijo. Así, “esternocleidomastoideo” (‘músculo del cuello que une al esternón, la clavícula y el hueso mastoides, que interviene en los movimientos de flexión y giro de la cabeza’), presenta solo tres raíces: estern, cleid y mastoideo, que se unen por medio de la “o”, liga o vocal combinante, cuyo fin es facilitar la pronunciación del término. La vocal más utilizada es la “o”, pero también se emplean la “i” y la “a”. Estas vocales enlazan raíces, raíces y sufijos, pero no, prefijos y raíces.

Si bien los hablantes no estamos obligados a aprender estos términos, de alguna manera nos familiarizamos con ellos cuando el médico nos explica un diagnóstico o una enfermedad. Normalmente, recurrimos a palabras como paciente, diagnóstico, tratamiento, especialista, intervención o interconsulta, médico general, médico de cabecera, centro de salud, análisis clínico; o empleamos acortamientos como otorrino, gastro, trauma en lugar de otorrinolaringólogo, grastroenterólogo, traumatólogo, etc.

 

 

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