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Gracias a técnicas modernas como la secuenciación de ADN, hoy se reconoce su rol clave en la salud y en el desarrollo normal del organismo.

Por María Isabel Vera. 20 octubre, 2025. Publicado en Diario Correo, el 18 de octubre de 2025.

La microbiota humana es el conjunto de microorganismos que habitan de forma natural en el cuerpo (intestino, piel, cavidad oral, vías respiratorias y tracto urogenital). Incluye bacterias, virus y hongos que, lejos de ser solo agentes de enfermedad, cumplen funciones esenciales para la vida. Gracias a técnicas modernas como la secuenciación de ADN, hoy se reconoce su rol clave en la salud y en el desarrollo normal del organismo.

Su composición varía entre personas y cambia con la edad, la dieta, el ambiente, los antibióticos o incluso el tipo de nacimiento. Entre sus funciones destaca la metabólica que fermenta carbohidratos no digeribles y produce ácidos grasos de cadena corta como acetato, propionato y butirato, que nutren a los colonocitos y favorecen a las bacterias benéficas.

También, ejerce una función protectora al competir contra patógenos por nutrientes y espacio, manteniendo el equilibrio llamado eubiosis. Además, regula el sistema inmunológico, favorece la maduración en etapas tempranas, controla la inflamación y promueve la tolerancia inmunológica. Incluso interviene en la síntesis de vitaminas B y K.

Cuando este balance se rompe aparece la disbiosis, vinculada con obesidad, síndrome metabólico, enfermedades intestinales, diabetes, alergias, asma y trastornos neurológicos. Factores como dietas ricas en grasas saturadas, azúcares y ultraprocesados favorecen ese desequilibrio.

En conclusión, la microbiota es un universo invisible pero esencial porque sostiene la nutrición, la inmunidad y la protección del ser humano.

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