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Jun

2025

Dr. Remigio Beneyto

“Los gobiernos no dan suficiente importancia al derecho de libertad religiosa”

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El doctor Remigio Beneyto brindó estas declaraciones en el marco de su visita al Perú, en la UDEP, donde ofreció una serie de conferencias y charlas a los alumnos de la Facultad de Derecho.

Por Tania Elías. 12 junio, 2025.

En el mundo, aunque hablamos de modernidad, hay temas que no se puede dejar de analizar: la persecución y las muertes por cuestiones religiosas; y, el respeto a la libertad de culto y a la formación religiosa. Pero, ¿son derechos?, ¿cuánta importancia tienen?

El doctor Remigio Beneyto, profesor de la Universidad CEU-Cardenal Herrera de Valencia y docente visitante de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, afirma que la libertad religiosa es un derecho fundamental que debe protegerse; y, que hace falta diálogo y entendimiento entre los gobiernos y la iglesia, porque se trata de un derecho, para algunos creyentes, “más importante que la vida”.

¿Por qué la libertad religiosa es un derecho tan relevante en la actualidad?
Para muchas personas creyentes, la libertad religiosa es incluso más importante que el derecho a la vida, de otro modo no se entendería a los primeros mártires o a las personas perseguidas por no renegar de su fe. Este derecho abarca el de reunión por motivos religiosos, el derecho de asociación por motivos religiosos, la libertad de educación conforme a las convicciones religiosas y morales.

¿La Iglesia y Estado están cumpliendo con la defensa de este derecho?
Un Estado, un poder público que no tenga en cuenta todas estas iglesias, confesiones y religiones lo está haciendo mal, porque no está promoviendo el ejercicio de los derechos fundamentales de la persona, afectando su dignidad. El respeto es la base de todo, fundamento de lo político y de la paz social. Hoy, se está persiguiendo a los cristianos en Corea del Norte, en China, en Nicaragua; en la India a los que profesan el islam, y así en varias partes del mundo a otras personas por su religión, esto no puede pasar desapercibido.

¿Cómo deben colaborar ambas instituciones para una sana convivencia?
Deben colaborar mutuamente, aunque sean independientes y autónomos, como lo señala el Concilio Vaticano II. Cuanto más sana sea la colaboración entre ellos, mayor será la libertad y la seguridad de los ciudadanos porque estarán trabajando para todos. Pero, los gobiernos no acaban de dar suficiente importancia al derecho de libertad religiosa. Se desconoce cuáles son los principios y los valores de cada una de las iglesias, confesiones, comunidades religiosas. No me estoy refiriendo solo a la Iglesia Católica ni a las iglesias de libro como el islam o el judaísmo, sino a otras. No hay sensibilidad y, sobre todo, falta diálogo entre los poderes públicos y las autoridades eclesiásticas de las distintas confesiones

¿Por qué es difícil lograr un entendimiento?
Estamos hablando de derechos fundamentales. Si el Estado ve como peligro el poder de la iglesia o de las iglesias el Estado lo tiene que revisar; y, si la Iglesia intenta entrometerse en asuntos que no le competen, esta lo tendrá que revisar también. Pero para eso, repito, está el diálogo, para poner cada uno los límites de sus manifestaciones. Lo que no puede pasar es que el Estado pretenda que la Iglesia no manifieste su opinión sobre determinados asuntos como diciéndole eso a ti no te afecta. Cómo no le afecta si se trata de la pobreza, el aborto o la eutanasia.

Existen mecanismos internacionales que protegen la libertad religiosa…
Existen. Por ejemplo, el artículo 9 del Convenio Europeo de Derechos Humanos la protege. Sin embargo, el sistema es lento: de 50 000 demandas anuales en Estrasburgo, solo se admite el 1%, y las resoluciones pueden tardar seis o siete años.

En cuanto al asilo, por temas de libertad religiosa, ¿cuán inmediata es la atención de un gobierno?
Este tema, también es un ejemplo de la falta de comprensión. Una persona quiere ir a un país donde espera que se respete su religión, pero le niegan esa ayuda porque no acaban de ser suficientemente sensibles a esta solicitud. Muchas veces, en el análisis se enfocan mal estas solicitudes, evaluando si la vida está en riesgo, pero no lo ven por la vulneración al derecho de religión porque en el fondo (los gobiernos) tienen la sensación de que la libertad de religión es algo que pertenece a la intimidad cuando el derecho de libertad religiosa se ejerce también en la vida pública.

¿Pero no interviene el derecho internacional?
En todos los tratados internacionales se habla del derecho de libertad religiosa en su vertiente privada y en su vertiente pública: yo tengo derecho a vivir conforme a mis convicciones religiosas en la vida pública y yo tengo derecho a manifestar cuáles son mis creencias. Nadie puede ser obligado a practicar actos de culto contrario a sus propias convicciones religiosas, ni a recibir asistencia religiosa contraria a sus propias convicciones religiosas, pero sí tiene derecho a practicar el culto y a recibir asistencia religiosa de su propia confesión. Lo que pasa es que nuestros gobernantes no saben y no controlan todos estos temas.

Hay políticos que no se involucran en temas religiosos porque piensan que podrían generar más conflictos…
Eso es un error. El problema no es la religión en sí, sino la falta de respeto a los derechos fundamentales. No se trata de eliminarla, sino de garantizar la libertad individual y colectiva para vivir conforme a las convicciones propias, pero no se puede confundir el ejercicio de la libertad religiosa con la actuación de algunos desalmados bajo la bandera de lo religioso.

También debe involucrarse la sociedad civil, puede exigir que se respete el derecho a la libertad religiosa, fomentar espacios de diálogo interreligioso, denunciar casos de persecución y formar conciencia sobre la importancia de este derecho. No podemos dejar toda la responsabilidad al Estado; también es una tarea ciudadana.

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