La región de Piura enfrenta desde hace décadas una persistente problemática sísmica que ha dejado huellas profundas en su infraestructura y población. Desde 1857, se han registrado eventos de alta magnitud.
Por William Araujo Navarro. 13 junio, 2025. Publicado en el diario Correo el 1 de junio del 2025.Piura se ubica en una zona de alto riesgo sísmico, sobre la placa de Nazca, principal responsable de la actividad tectónica en el país. Esta placa genera fricciones con la sudamericana, liberando energía en forma de sismos. A esta condición se suma un prolongado silencio sísmico desde el último gran terremoto en 1912, lo que ha despertado preocupación entre los expertos, pues indica una acumulación peligrosa de energía. Según Tavera, esta solo se liberará mediante un sismo estimado en 7.5 MW
Este periodo sin actividad incrementa el riesgo de un terremoto devastador y plantea desafíos para la preparación. Según el IGP, la población e infraestructura podrían no estar listas para enfrentar un evento de tal magnitud; y, los sismos de 1970 y 2021, en Sullana y Querecotillo, también evidenciaron licuación de suelos, con grietas de hasta 500 metros, surgencia de aguas negras y aparición de volcanes de arena.
Aunque los sismos fuertes no ocurren a diario, cuando lo hacen pueden causar enormes daños. El terremoto de Ica, de agosto de 2007, sorprendió a una población confiada por la prolongada ausencia de sismos. Ese día, la realidad cambió drásticamente: el sismo de 7.9 MW dejó más de 500 muertos, miles de heridos y gran destrucción.
Este caso demuestra que la falta de preparación puede tener consecuencias trágicas. Por ello, la historia sísmica de Piura no debe ignorarse: conocerla y entenderla es clave para tomar decisiones que protejan a la población y reduzcan el impacto.