25

Ene

2025

Artículo

El patrimonio “en un sorbo”

Al celebrar el Día de la Chicha de Jora, rendimos homenaje no solo a una bebida, sino también a las mujeres que, desde tiempos inmemoriales, han preservado este conocimiento.

Por Marialejandra Puruguay. 25 enero, 2025.

En cada sorbo hay historia, saber y un acto silencioso de continuidad que asegura que nuestras tradiciones sigan vivas, alimentando el cuerpo y el alma de nuestros pueblos.

¿Alguna vez se han detenido a pensar que es posible degustar el patrimonio cultural? Pues sí, los saberes asociados a las prácticas culinarias forman parte de nuestro patrimonio cultural, calificado como inmaterial o intangible. Uno de ellos es el relacionado con la preparación de la chicha de jora, esa bebida milenaria, que no solo refresca y nutre, sino que también contiene y trasmite identidad, saberes ancestrales y el papel fundamental de las mujeres en el sostenimiento y transmisión de nuestras tradiciones.

En su historia encontramos un legado profundamente femenino. Es en las manos de madres, suegras, abuelas e hijas donde este conocimiento ancestral ha sido guardado y transmitido. Cada etapa de su elaboración, desde el germinado del maíz hasta la fermentación, es una expresión de ingenio, dedicación y unión con la tierra. Además, es un acto de amor y resistencia: a través de esta bebida, las mujeres no solo aportan a la economía del hogar, sino que también nutren a sus familias y fortalecen los lazos comunitarios.

La chicha no es solo un medio de sustento económico; es una fuente de energía física y simbólica que encierra un diálogo entre generaciones, un ritual cotidiano que mantiene viva nuestra memoria. Esto nos permite reconocer que el patrimonio no se encuentra solo en monumentos o archivos, sino también en aquello que compartimos y vivimos.

Al celebrar el Día de la Chicha de Jora, rendimos homenaje no solo a una bebida, sino también a las mujeres que, desde tiempos inmemoriales, han preservado este conocimiento. En cada sorbo hay historia, saber y un acto silencioso de continuidad que asegura que nuestras tradiciones sigan vivas, alimentando el cuerpo y el alma de nuestros pueblos.

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