13

Oct

2022

Artículo de opinión

Las ferias de libros en Piura desde 1958

Desde el primer festival del libro piurano (1958) se han intentado varias iniciativas en favor de la lectura. La evolución del libro piurano ha seguido un poco el éxito o fracaso de las librerías locales.

Por Carlos Arrizabalaga. 13 octubre, 2022. Publicado en El Tiempo, el 13 de octubre de 2022.

Del 7 al 23 tenemos la I Feria Internacional del Libro Letras Libres. Son varias las ferias del libro que se han realizado en Piura. Su plaza, siempre concurrida, es un lugar de encuentro de editores, escritores y lectores en un ambiente cordial y amable, en el corazón de la ciudad.

Desde el primer festival del libro piurano (1958) se han intentado varias iniciativas en favor de la lectura. La evolución del libro piurano ha seguido un poco el éxito o fracaso de las librerías locales, como señala Juan Carlos Adriazola. El crecimiento económico parece animar a algunos editores y libreros, pero aún parece que el mejor amigo del estudiante no es el libro, sino la fotocopia, o peor aún, el celular.

El festival de 1958 sacó en formato sencillo Tierra Embrujada, de Francisco Vegas Seminario; Cuentos de Rómulo León Zaldívar; La atrapadora, de Miguel Justino Ramírez; De mi Casona, de Enrique López Albújar; Albores y Destellos, de Carlos Augusto Salaverry, y otros. Muchos años después, el alcalde José Aguilar promovió las publicaciones de la Colección Sec, que incluía literatura, estudios y un diccionario de peruanismos.

Años después, la alcaldesa Ruby Rodríguez retomó ese empeño con un fondo que fue mezquinamente interrumpido. El 2019, Víctor López y Harold Alva lanzaron la Biblioteca Piura de Literatura con textos de Marco Martos, Cronwell Jara, Alberto Alarcón y otros. Ojalá se retome ese esfuerzo para publicar relatos de Carlos Espinosa o de otros autores meritorios.

En dos años, se cumplirá el centenario de “Nuestra comunidad indígena” de Hildebrando Castro Pozo y de “Mi Casona”. Luego, de “Matalaché”. Enrique López Albújar (1872-1966) y su novela retaguardista (impresa por primera vez en Piura, en los talleres de El Tiempo, en 1928), supuso el inicio del libro norteño. Y, la literatura piurana quedará fuertemente marcada por la obra de Vegas Seminario y su versión norteña del indigenismo: Montoneras (1953) y Taita Yoveraqué (1956), premios nacionales de novela.

Aquellos años la cultura local parecía imparable. Salían relatos en la revista Piuranidad; y Luis Carnero Checa hacía una interesante crítica literaria en la Revista Piura. En las décadas prodigiosas de los 50 y los 60, se promovían veladas literarias y se celebraban o discutían los premios de Vargas Llosa. La dictadura velasquista acabó con esta vida cultural.

Luego de años agónicos, de juegos florales y mimeógrafos, Piura ha vuelto a tener una importante actividad literaria. Empezó con los premios del Cipca, luego vinieron grupos como Tacreli, Magenta, Plazuela Merino, Pluma Libre, Estirpe Púrpura, y la continuada labor de Sietevientos… Piura podría consolidarse como una buena plaza para la difusión del libro y la lectura. Ojalá sea así.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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