08

Jul

2022

Pocas realidades dan cuenta mejor de la extensión o democratización de la cultura occidental que la cocina. Hasta la Revolución francesa, el arte culinario era, en Europa, patrimonio de la realeza y la nobleza.

Por Enrique Sánchez. 08 julio, 2022. Publicado en Correo, el 8 de julio de 2022.

La cocina es una forma privilegiada de cultura, entendiendo por tal “todo aquello que hace de la vida algo digno de ser vivido” (T. S. Eliot); todo aquello en que se plasma el genio estético y ético de la persona. De hecho, pocas realidades dan cuenta mejor de la extensión o democratización de la cultura occidental que la cocina. Hasta la Revolución francesa, el arte culinario era, en Europa, patrimonio de la realeza y la nobleza. Fue entonces cuando, tras la ejecución en la guillotina de muchos de sus clientes nobiliarios, los cocineros orientaron sus servicios al gran público. La pujante burguesía comenzó a disfrutar, en los nuevos restaurantes, de los placeres vedados de la Alta Cocina. Y se extendieron a todas las clases sociales los modales culinarios aristocráticos (cubiertos, servilleta, mantel, etc.).

La cocina es un arte total, que se dirige no sólo a las papilas gustativas, sino a todas las potencialidades de la persona. Es pintura, que juega con las líneas, las sombras, las gamas cromáticas, los contrastes y las explosiones de color. Es escultura, que conforma texturas, modela formas y superpone planos. Es teatro, que cautiva al cliente con sus descripciones y lo sorprende con giros inesperados. Es arquitectura, que utiliza el espacio físico del restaurante para orientar e intensificar la degustación. Es literatura, que se expresa a través de un lenguaje propio, creativo y poético. La cocina es pasión, emoción, inteligencia; es belleza a raudales, éxtasis, epifanía; es historia, es reverberación de emociones y recuerdos; es filosofía de la templanza o la desmesura; es música de aromas y sabores, de temperaturas y primores; es diálogo con Dios, tensión trascendente y misterio; es el arte más compartido, paladeado y gozado; el más gozoso, el más sabio, el más alegre.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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