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Jul

2022

Dando+: una asociación que trabaja por la salud mental

Daniel Merino, Sofía Navarro, Belén Ross Morrey y Mariana Bambarén, egresados de la Universidad de Piura, fundaron esta empresa social que, actualmente, atiende a más de 1800 personas, entre niños, adolescentes, adultos y adultos mayores.

Por Betsy Salazar. 20 julio, 2022.

En 2019, a nivel regional en todos los departamentos, se registró que los trastornos mentales y del comportamiento se ubicaban en el top 10 de las principales causas de pérdida de años de vida saludables, lo cual es preocupante ya que desde hace años el país afronta un problema de salud pública que se no logra resolver.

En ese sentido, hace seis años, Sofía Navarro Martínez, Belén Ross Morrey Pérez, Daniel Merino Luna y Mariana Bambarén Espinosa, quien se unió en el 2016, egresados del programa académico de Psicología de la Universidad de Piura, emprendieron el gran reto de crear dando+, una empresa social que brinda oportunidades de convertir la salud mental en una prioridad a través de proyectos de voluntariado y servicios corporativos.

Para ello, trabajan con profesionales, estudiantes de Psicología y empresas comprometidas con el mismo objetivo, que ayudan a comunidades que no cuentan con asistencia psicológica.

Actualmente, dando+ tiene aproximadamente 130 voluntarios, de entre 18 y 30 años, de distintos departamentos y universidades, como la UDEP. Aproximadamente, 40 voluntarios y miembros del equipo de coordinación y dirección son de esta casa de estudios.

Dando+ presenta un modelo social que busca fondos de empresas y/o personas naturales para solventar los gastos del voluntariado. “Gracias a nuestros aliados hemos podido financiar nuestros proyectos durante todos estos años”, refiere Daniel Merino.

También, han participado en concursos de aceleración y de financiamiento que los ayudan en su crecimiento. El año pasado ganaron el concurso Próceres del Bicentenario, que premió a 21 organizaciones que tienen un impacto social escalable para mejorar la vida de los peruanos.

Los beneficiados
Mariana Bambarén, asociada de esta empresa social voluntariado, comenta que dando+ atiende a unas 1800 de Lima, Chancay, Trujillo, Arequipa, Junín, Pasco, Oxapampa, etc., con quienes se trabajan talleres psicoeducativos individualizados para cada población, talleres para padres, conocimiento del mundo emocional, relaciones interpersonales, proyecto de vida, disciplina positiva, entre otros. Y, desarrollan espacios de acompañamiento psicológico individual, donde el psicólogo brinda de cuatro a seis sesiones al paciente.

Para Merino, el aprendizaje en las aulas fue la pista necesaria para que su proyecto despegue. Recuerda que, desde el primer ciclo, uno de sus profesores le dijo: “El psicólogo no está para quedarse en las cuatro paredes de un consultorio, trabajo, colegio, etc. Su vocación está afuera y en la entrega a los demás”, lo cual dejó huella en él y resonó en su vocación profesional.

Asimismo, cada curso de carrera tenía un aspecto social lo que ayudaba a aplicar lo aprendido en clase en una comunidad en situación de vulnerabilidad, refiere. “Recuerdo el curso Métodos y Técnicas de Observación y Entrevista en el que trabajamos la relación materno filial con una población de una casa de acogida para mujeres. Esta fue una experiencia clave para mí, junto con otras que tuve en los demás ciclos, para continuar en este camino”.

La labor en pandemia
Sobre el trabajo realizado durante la pandemia, Belén Ross Morrey señala que se enfrentaron a dos grandes retos, al reajustar los proyectos que ya tenían planificados: uno a nivel externo (¿Cómo seguir llevando salud mental a las comunidades?) y otro, a nivel interno (¿Cómo cuidar al equipo y cómo adaptarse?).

Por ello, para priorizar la salud mental, sobre todo, cuando la necesidad la encontraban en sus hogares, pusieron sus proyectos presenciales en pausa; pero, encontraron un balance al psicoeducar mediante las redes sociales y confiar en la tecnología, herramienta con la que hicieron acompañamientos psicológicos, conversatorios y talleres virtuales.

Gracias a la virtualidad, en el 2020 crecieron un 200% y atendieron a pacientes de Trujillo, Lima, Ica, Arequipa, Cusco, Junín, Huancavelica y San Martín, con 100 voluntarios especializados y 13 voluntarios en el equipo directivo.

Además, indica Ross Morrey, ante esta nueva forma de trabajo, tuvieron que desarrollar un plan de capacitación y formación, conversatorios y reuniones de integración. Asimismo, gracias a los acompañamientos psicológicos, identificaron dificultades de los pacientes para manejar la ansiedad y depresión pues la incertidumbre, el aislamiento y el miedo tomaron un rol importante. Igualmente, se intensificaron las dificultades para instaurar o mantener rutinas de sueño que ayuden a un descanso real y las relaciones en la convivencia.

Sobre la salud mental
La salud mental implica el bienestar mental, emocional, físico, social y espiritual que, por ende, se relaciona con todos los aspectos de la vida de una persona ya que no solo influye en su desempeño personal, laboral, amoroso y familiar, sino que también afecta su capacidad para toma decisiones y enfrentar las adversidades, indica Sofía Navarro.

En esa línea, la egresada UDEP agrega que, poco a poco, dando+ se ha convertido en un referente de salud mental para la comunidad del voluntariado en el Perú, para los psicólogos y estudiantes de Psicología comprometidos con la salud mental.

“Mediante las campañas en redes sociales y la labor que hacemos, de forma interna, en los talleres y acompañamientos individuales con las comunidades en situación de vulnerabilidad, hemos podido desmitificar y psicoeducar sobre la importancia de estar sanos integralmente”.

Con respecto a la realidad de la salud mental en el Perú, Navarro detalla que, previamente al COVID-19, el 20% de la población peruana sufría de trastornos mentales y del comportamiento; y, desde que inició la pandemia la salud mental ha empeorado para un 50% de trabajadores peruanos (Ipsos, 2021). A esto se suma que 1 millón 700 000 trabajadores padecen de depresión.

Ante ello, Belén recalca que lo que más se necesita ahora es incrementar la infraestructura de los Centros de Salud Mental Comunitarios (CSMC) en las provincias ya que, aunque el Estado tiene una campaña de construcción de estos, todavía no logran cubrir las necesidades de los peruanos fuera de Lima. Adicionalmente, las campañas de atención y la formación de los profesionales de salud orientada a la prevención y a la psicología, ayudarían a eliminar la resistencia de algunas personas para buscar ayuda.

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