14

Ene

2022

Artículo de opinión

Recuento de logros y propósitos de fin de año

Valoremos todo lo bueno logrado y agradezcamos profundamente a todos a aquellos que nos apoyaron y alentaron a conseguirlos a pesar de las dificultades; y, de todo lo negativo. Que estas sean nuestras lecciones aprendidas para ser mejores personas.

Por Jaime Ancajima. 14 enero, 2022. Publicado en El Tiempo, el 3 de enero de 2022.

Siempre al llegar el fin de año, muchos tienden a hacer un balance de los logros y también hacen una lista de nuevos propósitos para el siguiente. Así, es imposible dejar de ver tanto lo bueno como lo malo, lo positivo o lo negativo, lo bello o lo feo, lo alegre o triste de todo lo vivido.

Después de estos casi dos años que venimos conviviendo con el COVID 19 y la pandemia generada; trabajando y estudiando en forma virtual; asimilando la pérdida de familiares y amigos; adaptándonos a nuevas formas de vida y convivencia y mucho más, debemos estar muy agradecidos si aún estamos vivos, con salud, con un hogar, comida, ropa, con trabajo, con familia, amigos, y con esas “pequeñas” cosas que antes no les poníamos atención, pero que hoy valoramos en su verdadera dimensión: abrazos, reuniones, visitas, y mucho más. Entonces, valoremos todo los bueno logrado y agradezcamos profundamente a todos a aquellos que nos apoyaron y alentaron a conseguirlos a pesar de las dificultades; y, de todo lo negativo. Que estas sean nuestras lecciones aprendidas para ser mejores personas.

Muchos piden que el siguiente año sea mejor. Sin embargo, sabemos que la vida es 10% lo que te pasa y 90% como lo tomas. Si bien, no tenemos el poder absoluto para controlar cada cosa que nos pasa, sí tenemos la capacidad de decidir cómo reaccionamos frente a cada situación. En otras palabras, “que una situación signifique una oportunidad para avanzar y aprender o un obstáculo que nos detenga, depende de nosotros mismos.”

Buda decía: “Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado”. Entonces, el próximo año llevemos a cabo los siguientes “simples” propósitos: evitemos palabras negativas pues son un reflejo de nuestros sentimientos y creencias. Según un estudio de Psych Central, “Sostener una palabra positiva y optimista en la mente, estimula la actividad del lóbulo frontal, área que incluye los centros de idiomas específicos que conectan con la corteza motora, responsable de pasar a la acción”. De acuerdo con el doctor Andrew Newberg, M.D y el profesor Mark Robert Waldman, las palabras tienen el poder de cambiar tu mente, tanto así que una simple palabra puede influir en la expresión de los genes que regulan el estrés físico y emocional.

También agradezcamos en todo momento y veamos la vida desde una perspectiva positiva. Una investigación del doctor Robert A. Emmons arrojó que el ser agradecidos es una de las formas más fiables para aumentar la felicidad y la actitud positiva. El escritor estadounidense decía “Muchas personas que ordenan correctamente sus vidas en todos los demás aspectos siguen siendo pobres debido a su falta de gratitud”.

Finalmente, pongámosle amor y entusiasmo a lo que hacemos en todas nuestras relaciones interpersonales. La madre Teresa decía “No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor”. Asimismo, contagiemos nuestro entusiasmo en la familia, estudios y todo lo que hagamos. Recordemos la famosa frase del filósofo Ralph W. Emerson, “ninguna gran empresa se llevó a cabo sin entusiasmo “.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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