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Dic

2021

¡Qué grande ha de ser la tristeza del recién nacido que hasta los niños del ande huancavelicano se emocionan al cantarlo! Qué honda la inculturación de la fe, que el quechua le sienta bien al folclore navideño.

Por P. Jesús Alfaro. 24 diciembre, 2021. Publicado en Correo, el 24 de diciembre de 2021.

“Belén portalpis Niñucha waqachkan Quchasapata Mascahuaspanchik”: en el portal de Belén el Niño está llorando, buscándonos a los pecadores. ¡Qué grande ha de ser la tristeza del recién nacido que hasta los niños del ande huancavelicano se emocionan al cantarlo! Qué honda la inculturación de la fe, que el quechua le sienta bien al folclore navideño.

No me consta que se trate de un villancico tradicional escrito en el virreinato, pero el director del coro de acólitos de la catedral de Huancavelica tiene la respuesta: músico, compositor y director de niños coreutas desde hace ya varios años, el padre Carlos nos emociona cada Navidad con un video nuevo y lleno de piedad y creatividad.

Estos niños han cantado durante la inauguración del Nacimiento de la plaza de san Pedro, en Roma. No pudieron ir por la pandemia, pero estuvieron sus voces y sus aires.

Su villancico asegura que el llanto del recién nacido es un llanto de amor, conmovido por los pecados de los hombres. Más hondura teológica no puede haber en esta afirmación. Es verdad que la tristeza telúrica de la sierra se transparenta en la letra; pero, el canto acaba de manera festiva y alegre: “Cheqap kausaytam Apamuwanchik Qaku llapanchik Muchaycamusun”: vida eterna nos trae: vamos toditos a besarle.

Enseñanza de niños, sí; y también enseñanza de sabios en la fe. Ojalá que se nos trasmita de manera que podamos vivir las Navidades con profunda espiritualidad.

Costa, Sierra y Selva peruanas rivalizan en estas fiestas para entregarnos lo mejor de su inspiración. El Niño Manuelito criollo es otro exponente tradicional de la Navidad peruana; y las figuras de los Mendivil; el Hatajo de la Navidad Negra en el Carmen, de Ica; la Misa de Gallo en todo el Perú… Perderíamos una parte importante de nuestra idiosincrasia si permitiéramos que costumbres menos consistentes o situaciones eventuales nos dificultaran mantenernos a la altura de nuestra fe. ¡Feliz Navidad!

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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