29

Nov

2021

Artículo de opinión

Una mirada al proceso de vacunación

Al 24 de noviembre, se ha vacunado con 2 dosis al 63% de la población objetivo. Además, el país cuenta con las dosis necesarias para vacunar a toda persona elegible que desee hacerlo.

Por Germán Vega. 29 noviembre, 2021. Publicado en El Tiempo, el 27 de noviembre de 2021.

A pesar de la crisis política, el país ha retomado su nivel de producción prepandemia. Un factor local que explica esta recuperación es el avance de la vacunación. Al 24 de noviembre, se ha vacunado con 2 dosis al 63% de la población objetivo. Además, el país cuenta con las dosis necesarias para vacunar a toda persona elegible que desee hacerlo.

Sin embargo, aún falta. Una encuesta de Ipsos, de agosto, indica que alrededor del 20% prefiere no inmunizarse. Los datos de vacunación confirman ese dato: el porcentaje de vacunados por grupo etario se frena al acercarse al 80%. Por lo tanto, la vacunación afronta otro reto, el de la “última milla”, término que hace referencia a que la parte final de todo proceso es la más difícil de completar.

Hasta ahora, los vacunados, en su gran mayoría, son quienes deseaban hacerlo (porque creen que es una buena idea) y/o porque podían hacerlo (horarios, cercanía, etc.).
Si bien se dice que querer es poder, hay personas que quieren vacunarse pero no pueden. Por ejemplo, porque viven de un ingreso diario y no lo pueden perder haciendo colas. O, simplemente, porque sumar una cosa más por coordinar, les hace descartar ir a vacunarse.

Lo usual en estos casos es aumentar la cobertura. La nueva campaña “Vamos a tu encuentro” tiene este objetivo. Si usted se pasea por algunas calles o establecimientos de la ciudad, podrá ver brigadas de vacunación, eliminando así el impedimento de “no poder ir a vacunarse”. Como efecto derivado, algunas personas que dudaban si vacunarse o no, lo harán ante el acceso fácil a la vacuna. Avance positivo.

Ahora, el Gobierno ha dado un paso más: imponer restricciones a quienes no se vacunan. La medida, común en otros lugares como Canadá y Europa, ha sido cuestionada.
Otra encuesta de Ipsos indica que quienes se oponen a esta medida solo serían el 20% de la población. Curiosamente, esta cantidad es similar al porcentaje de quienes no quieren vacunarse.
El concepto de externalidad es necesario para entender esta medida. Es más probable que un no-vacunado ponga en riesgo a un tercero, que un vacunado. Y, es más probable que un vacunado sirva de escudo para un tercero, que un no-vacunado. La diferencia es clara.

Pero, como toda restricción debe ser proporcionada, la implementación se debe dar con cuidado. Por ejemplo, debe haber facilidades para demostrar el estado de vacunación. O, no se puede cerrar una empresa porque un trabajador no se vacunó.
Manejar bien estas restricciones, junto a la necesaria dosis de refuerzo, son los retos que se vienen.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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