05

Jun

2018

Para cumplir la función directiva son importantes: la motivación, la comunicación, la delegación, el trabajo en equipo, entre otros factores.

Por Juana Huaco. 05 junio, 2018.

En anteriores ocasiones, hemos hablado sobre la planificación y la organización como funciones directivas y básicas del proceso administrativo. Ha llegado el momento de la ejecución, de poner en práctica lo planeado y lo organizado. En esta actuación tiene un rol esencial: la dirección.

El directivo, el administrador, propietario o jefe, es el responsable de la actuación de cada uno de los trabajadores y de que cada cual cumpla su rol y lo que deben hacer en la empresa. Así, en conjunto, se alcanzarán los objetivos establecidos.

Reconocer esta realidad, nos hace describir a las empresas como organizaciones humanas, como el conjunto de personas que deben contribuir individualmente y en equipo a lo establecido. Por eso, para cumplir la función directiva son importantes: la motivación, la comunicación, la delegación, el trabajo en equipo y otros factores.

Sin embargo, el liderazgo es el que permite desarrollar eficazmente cada uno de los aspectos mencionados. Se habla mucho de este, yo lo reduciré a lo siguiente: liderazgo es servicio. No hay líder que no enseñe y forme. Este aspecto, es justamente, la esencia de la actividad directiva porque se reconoce el valor de las personas –recursos humanos– que hoy en día es lo más valioso y que depende de la habilidad directiva para seleccionarlo, motivarlo y retenerlo en la organización.

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