22

Sep

2025

ARTÍCULO DE OPINIÓN

San Carlo Acutis, un joven de hoy, lleno de esperanza.

Cuando uno mira a Carlo, en redes, imágenes, fotografías familiares, o escucha testimonios de personas que lo conocieron o han recibido su intercesión, resulta fácil entender cómo este joven llega a los corazones de muchos.

Por Zhenia Djanira Aparicio Aldana. 22 septiembre, 2025.

Este mes de septiembre hemos celebrado la canonización de Carlo Acutis. En este artículo, conoceremos un poco más de él y su mensaje de desarrollo integral de la persona, en contraste con situaciones de conflictos y desavenencias sin sentido que nos dan la imagen de un mundo alterado.

Carlo tuvo una vida corta, pero intensa. Nació en 1991 y murió, debido a una penosa enfermedad, en 2006. Su madre lo recuerda como un niño vivaz, lleno de espíritu cristiano, dotado de caridad y de un amor a Dios, a la vida, a la naturaleza y a otros pasatiempos que lo hacen único o, como él decía: “Todas las personas nacen como originales, pero muchas mueren como fotocopias”.

La novedad de cada persona pone en evidencia nuestro ser irreductible y creado. Somos capaces de perfeccionarnos para bien en esta vida. Carlo era consciente de esto y nos propone una “autopista al cielo”, para lograr una vida lograda y a la vez con sentido trascendente. La llave para emprender el camino lo explica de manera sencilla: “La conversión no es más que elevar la mirada hacia arriba; un simple movimiento de los ojos basta”.

Cuando uno mira a Carlo, en redes, imágenes, fotografías familiares, o escucha testimonios de personas que lo conocieron o han recibido su intercesión, resulta fácil entender cómo este joven llega a los corazones de muchos. Su alegría, su esperanza que invade y penetra a fondo cada alma, ostenta una razón: Dios. En palabras de Carlo, “la santificación no es un proceso de suma, sino de resta: menos yo para dejar espacio a Dios”. Así, para nuestro joven santo, sin la ayuda de Dios no se puede hacer nada positivo porque somos frágiles en este mundo al que enfrentamos con toda nuestra complejidad.

Siguiendo a Carlo, es necesario plasmar nuestro esfuerzo constante de ser mejores. Su madre, Antonia Salzano, nos cuenta que era muy goloso y “hablaba por los codos”. Entonces, él mismo tomó la decisión de medirse en esas acciones. O, también, la perseverancia de Carlo de asumir la verdad de la Eucaristía en su vida. Debido a esto último, nos ha legado, además de su maravilloso ejemplo de vida, una “Exposición de milagros eucarísticos”, resultado de su afición por la informática, que actualmente se ha difundido en los cinco continentes y en la cual Carlo incluye el milagro del Divino Niño de Etén, en Perú.

Se puede escribir mucho sobre Carlo, pero creo que esta frase, de su autoría, reúne, en cierta medida, su pensamiento tan lleno de esperanza para este mundo que necesita de más caridad, más amor y comprensión hacia el otro: “La felicidad es mirar hacia Dios; la tristeza es mirar hacia uno mismo”. Termino este artículo breve de san Carlo Acutis, invitando a conocer más de su vida en variadas fuentes como el libro “El cielo no puede esperar” de Inés Zavala & Borja Zavala y la película: “El cielo no puede esperar: Carlo Acutis, el influencer de Dios”.

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