En su discurso ofreció valiosas orientaciones a la comunidad universitaria, sobre todo a la Facultad de Derecho, con el objetivo de alcanzar la “Obra bien hecha”.
Por Zhenia Djanira Aparicio Aldana. 10 julio, 2025.El viernes 4 de julio la Universidad de Piura investía como profesor honorario al Dr. Pablo Sánchez Ostiz. En su discurso ofreció valiosas orientaciones a la comunidad universitaria, sobre todo a la Facultad de Derecho, con el objetivo de alcanzar la “Obra bien hecha”.
Durante su discurso, el jurista nos dice: “Una auténtica universidad es, por definición, vanguardia del conocimiento”. Efectivamente, lo auténtico se orienta hacia la verdad a la que se le añade el progreso del saber a través de los tres pilares esenciales de toda institución universitaria, mencionados por el Dr. Sánchez Ostiz, que son: la investigación, la docencia y el pensamiento.
Para alcanzar dicho progreso no son necesarios descubrimientos o investigaciones inéditas, sino que la vanguardia del conocimiento se halla, según Sánchez Ostiz, en el obrar “silencioso, cotidiano, tenaz: en el laboratorio, en el aula, en la biblioteca”. Estas palabras incitan a reconsiderar la labor del profesor universitario, del alumno y de todos los relacionados con la vida universitaria. Es necesario el reencuentro con la labor investigativa en estos espacios, pues es allí “donde se ilumina una pequeña parcela del saber, quizás modesta, pero nunca insignificante, porque se inscribe en una cadena de servicio que apunta al porvenir”, dice el jurista.
La universidad es futuro, es esperanza y, para que esta persista en ese camino dotado de sabiduría, la búsqueda de resultados inmediatos, la dación mera de productos de investigación que no tengan en cuenta al otro, debería desaparecer. Un “ahora comienzo” en cada obra universitaria es un indicativo, señala el Dr. Sánchez-Ostiz, de “hacer realidad un sueño de largo alcance”; es ver cómo “la educación transforma inteligencias jóvenes; cómo la investigación incide en la región -y más allá-; cómo la dedicación esmerada de tiempo al estudio y a los estudiantes cambia vidas”.
Por último, Sanchez-Ostiz recuerda que los tiempos actuales no son fáciles, sobre todo para el que se dedica al estudio del Derecho. Por eso, la formación de los estudiantes es una labor urgente. No obstante, dicha tarea no debe llevarse de manera acelerada, sino que la “vida de la inteligencia exige tiempo, maduración, constancia. Exige la perseverancia del jardinero, la paciencia del caminante y la intuición creadora del artista”. Estas cualidades, según Sánchez-Ostiz, se concretan, al menos en la Facultad de Derecho, en tres anhelos: “1. Formar en la justicia, y no solo en el conocimiento de las leyes; 2. Enseñar a trascender el individualismo para mirar el bien común; 3. Fomentar no solo saberes, sino también actitudes personales sólidas”.
Es indudable, entonces, que estas enseñanzas nos invitan a mejorar nuestra labor como profesores universitarios con la finalidad de continuar formando personas, dotadas de conocimiento, de virtudes y, sobre todo, de esperanza.
