El uso responsable de los recursos públicos exige líderes con valores, planificación eficiente y ciudadanos comprometidos con el bien común, especialmente ante cambios fiscales y baja ejecución presupuestal en gobiernos locales. Todos podemos contribuir positivamente.
Por María Jesús Farfán. 07 julio, 2025. Publicado en diario Correo el 5 de julio del 2025El buen uso de los recursos que aportan los ciudadanos al Estado a través de los impuestos, se ve reflejado en educación, salud, infraestructura, seguridad, limpieza, etc. En el Perú, muchas veces no percibimos ese buen uso y no ayuda constatar que varios de nuestros representantes políticos que deben buscar el bien común, buscan beneficios propios y olvidan servir a la sociedad.
En este sentido, alentamos a todos, especialmente a los jóvenes, a apostar por un mañana mejor, desde el rol que les toca desempeñar. El país necesita personas con valores, que quieran hacer de la región y del país un mejor lugar para vivir, crecer y desarrollarse; que no comercien con la salud, educación, seguridad de los ciudadanos, ni con la infraestructura de la ciudad.
El Gobierno Central es la instancia que financia grandes sectores a nivel nacional, y el pasado 16 de junio publicó la Ley 32387, que implica una reducción de sus recursos en beneficio de los gobiernos locales. El impuesto de promoción municipal (IPM) pasará, gradualmente, de 2% a 4%. Esto supone un gran impacto económico, que conlleva riesgos para la sostenibilidad fiscal y la calificación crediticia del país.
Por otro lado, en el 2024, la ejecución del presupuesto de inversión pública de los gobiernos locales fue de 66,6 %, que equivale a más de S/9682 millones sin utilizar. Pedimos a quienes liderarán el manejo de estos nuevos recursos una mejor planificación, control y gestión de estos. No se trata solo de ejecutar el presupuesto sino de hacerlo bien. Exigir buenas obras (permanentes, no temporales) y penalizar las obras mal hechas.
Busquemos y propongamos soluciones, seamos parte de la solución, no del problema. Hagamos bien lo que nos toca, si estudiamos, hagámoslo a conciencia sin trampas; si trabajamos, realicemos bien nuestra labor (sea cual sea), cada acto bien hecho, por pequeño que parezca, suma.








