En la III Conferencia de Casablanca, coorganizada por la Universidad de Piura en Lima, la portavoz de la Declaración de Casablanca, contó su historia y por qué lucha por la abolición de la maternidad subrogada.
Por Luis Delgado Rivadeneyra. 12 junio, 2025.En la sesión final de la 3.ª Conferencia de Casablanca, coorganizada por la Universidad de Piura, Olivia Maurel, brindó su testimonio y rechazó completamente la maternidad subrogada -conocida como vientre de alquiler- a la que se refirió como ´un problema global que afecta a todas las personas´.
Olivia, quien nació por gestación subrogada, la señaló como una práctica que ´cosifica´ al ser humano y que vulnera los derechos de las personas involucradas.
“Muchas personas me dijeron que fui muy afortunada por ser querida por una familia; sin embargo, no podía sentirme así luego de saber que fui tratada como una mercancía o como objeto del contrato de alguien más. No fue hasta mi cumpleaños número 30 donde empecé a descubrir la verdad”, recordó Olivia.
“Lo que pasó no fue amor, fue pérdida, vendida como amor. Fue abandono, vendido como un milagro. Se maquilla la subrogación como un acto de bondad; sin embargo, es esclavitud moderna. No trata de construir familias, por el contrario, las separa”, afirmó la activista.
Sin humanidad
La portavoz indicó que, en la subrogación, la mujer es tratada como un contenedor, transportadora o portadora de servicio. Es despojada de su humanidad y la etiquetan como un medio para un fin. “Se le obliga a desprenderse del bebé y a no sentir. Son reducidas a herramientas y su humanidad es negada para justificar la explotación”, recalcó.
En el testimonio que compartió con los asistentes, provenientes de distintas partes del mundo, de manera presencial y virtual, Maurel enfatizó que el niño es el producto. “Esta no es la construcción de una familia, es la fabricación humana y los niños son la materia prima. No somos más que una sociedad inmoral que ´cosifica´ a un ser inocente. Hemos criminalizado la venta de órganos, hemos rechazado el trabajo infantil y prohibido el matrimonio infantil; sin embargo, seguimos permitiendo la compra y venta de bebés”, expresó Maurel.
Finalmente, la representante de la Declaración de Casablanca explicó que América Latina está en riesgo de convertirse en el próximo centro de esta actividad. Por ello, llamó a las autoridades de Perú y los demás países vecinos a tomar conciencia acerca sobre esta práctica y, de esta manera, evitar esta nueva práctica de tráfico de personas.