La mujer avanza en el ámbito empresarial enfrentando brechas salariales, carga familiar y desafíos culturales, pero con resiliencia, liderazgo y motivación busca equilibrar su desarrollo profesional y personal en condiciones de equidad y reconocimiento.
Por Fabiola Alcas. 17 junio, 2025. Publicado en El Peruano el 16 de junio del 2025Cada vez más, la mujer está asumiendo nuevos y más importantes roles en el ámbito empresarial: en términos de visibilidad y del impacto que está generando en el mundo de los negocios. Su protagonismo se ve en los espacios relacionados con cargos directivos, en la decisión de crear empresa, en la dirección o liderazgo de un equipo de trabajo, en la gestión de procesos de selección de personal o en la trasmisión de la cultura del emprendimiento.
En la interacción con mujeres ansiosas por prepararse y capacitarse, he constatado que afrontan varios desafíos y que, precisamente, sus esfuerzos por superarlos merecen ser reconocidos por las organizaciones. Una forma de hacerlo es ayudando a cerrar la brecha de género. Hay progresos en este campo, pero algunas barreras persisten y hay camino por recorrer. Uno de los desafíos más visibles se relaciona con la brecha salarial.
Ha habido cierto activismo para promover la legislación que conlleve a la igualdad salarial; sin embargo, la diferencia subsiste en las organizaciones y aún falta mucho por hacer. La eliminación de la brecha salarial representa un acto de justicia que se espera lograr en el corto plazo.
Por otro lado, un reto complejo es el relacionado con la carga familiar. Si se quiere igualdad, se debe dar una serie de regulaciones que permitan que la mujer que tiene responsabilidades en el hogar y, a la vez, labora en una organización tenga las mismas oportunidades de crecimiento profesional que aquella que no tiene una situación similar.
No se pretende reemplazar el papel de la mujer en el aseguramiento de una siguiente generación en valores, basada en el amor y el respeto, sino más bien en las labores domésticas. Lo que se busca es la corresponsabilidad con la pareja e igualdad para lograr un equilibrio entre la vida laboral y familiar.
Las empresas no deben aspirar a reconocer y sellar como un acto de heroísmo el esfuerzo de una mujer que llega después de una larga y acelerada jornada en el hogar a cumplir una serie de actividades en la empresa; pero sí deben procurar un trato justo, una distribución adecuada de funciones, el respeto por los horarios laborales y, por supuesto, el reconocimiento de aquello que se alinea a los objetivos de la organización.
La mujer busca el éxito en toda su dimensión. Esto incluye la autorrealización personal a través de su desempeño en el hogar y en el ámbito laboral, o a través del emprendimiento. Por ello, se impone desafíos y logra lo que desea, aunque a veces, a ritmos diferentes. La sociedad debe buscar soluciones efectivas y establecer mecanismos claros que permitan su desarrollo sin transgredir su dignidad.
Durante mi vida profesional, he tenido un acercamiento importante a mujeres que están en una fase de transformación personal y profesional, mediante un equilibrio entre lo laboral y familiar. Algunas caen en el camino, pero se levantan con más ganas y con grandes aprendizajes. Es admirable verlas brillar por la satisfacción de notar su crecimiento personal y laboral o el éxito en su emprendimiento; siendo su motivación el éxito de sus seres queridos.
En este proceso de transformación, son importantes la formación en competencias claves como el liderazgo, la comunicación efectiva y la creación de modelos de negocio. En este sentido, resalto la existencia de mujeres que avanzan a pasos agigantados; aunque a veces hallan desafíos adicionales, tales como: el acoso laboral, sobre todo cuando pretenden acceder a puestos de mayor jerarquía y liderazgo; o el hostigamiento sexual y, por último, las limitaciones impuestas por la pareja para ejercer una actividad fuera del hogar.
Se suma el hecho de que, hay casos en los que, cuando la mujer ya es capaz de generar ingresos, se ven obligadas a asumir la totalidad de los gastos del hogar, porque la pareja ya no quiere asumir las responsabilidades que le corresponden.
Todos los retos mencionados surgen en las tertulias con mujeres que se encuentran en diferentes posiciones. En muchas ocasiones, consideran que sus esfuerzos no son suficientes para superar los desafíos que aún persisten. Sin embargo, noto su convicción y determinación de seguir siendo parte de la multitud de mujeres que siguen en pie de lucha por sus derechos, con la resiliencia necesaria para avanzar a pesar de las barreras detectadas y, sobre todo, con el entusiasmo para pasar a la acción.
En mi trabajo, relacionado con el emprendimiento, suelo mencionar la importancia de tres elementos claves: querer, pensar y hacer. Desde esta perspectiva, animo a todas las organizaciones a dejarse sorprender por el talento y la capacidad de las mujeres en el logro eficiente de objetivos en un espacio de igualdad, reconocimiento y respeto mutuo.