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2023

Los aportes de Antonio de Nebrija en el desarrollo la lengua castellana

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Su obra "Introductiones Latinae" marcó una nueva época en la historia del humanismo español y europeo, una nueva etapa en la cultura española.

Por Rosa Bobbio Álvarez. 02 enero, 2023. Publicado en El Peruano, el 12 de diciembre de 2022.

Antonio de Nebrija, auténtico humanista comprometido con la verdad, se interesó por el estudio de ciencias tan diversas como la teología, la medicina, la lexicografía, la historia, el derecho, la astronomía y la pedagogía. En estas áreas se preocupó, principalmente, por el significado y uso preciso de las palabras. Su interés por que la lengua se convierta en un elemento vital y práctico para el hombre y para impulsar la modernización de la sociedad, permitió a Nebrija centrar su atención en el uso real y concreto de la lengua. Por lo tanto, la lengua debía ser un instrumento vivo y eficaz de comunicación –no un mero artificio retórico– para la renovación de toda la cultura hispana.

Sobre estas consideraciones, Nebrija se propone demostrar que la ignorancia y el estancamiento en todos los saberes puede combatirse con el arma de la gramática, entendida como un saber propedéutico y fundamental, necesario para poder avanzar con rigor en todas las ramas del saber.

Por esta razón, Antonio de Nebrija se propone una refundación de la Gramática como un saber sistemático, profundamente renovado en su método y fiel a los modelos clásicos. Este afán de renovación se plasmó en su producción gramatical; sobre todo, en las Introductiones Latinae (1481) y en la Gramática castellana (1492). De esta manera, influyó decisivamente en el español, como veremos luego. Cuando Nebrija escribe estas obras gramaticales, no parte de cero, sino que se nutre de la rica tradición de la retórica y la gramática de los autores clásicos griegos y latinos; en particular, sus fuentes latinas más directas: los gramáticos Prisciano, Diómedes y Donato, que le proporcionan la base teórica de su doctrina gramatical.

Su obra Introductiones Latinae marcó una nueva época en la historia del humanismo español y europeo, una nueva etapa en la cultura española. La enseñanza escolar de la Baja Edad Media en España, lejos de fomentar el diálogo y el progreso de los saberes, había desvirtuado no solo el concepto de ciencia, sino también la misma lengua latina como lengua vehicular de la enseñanza. El latín se usaba de un modo artificioso y no como una lengua viva. Por esta razón, se había estancado la didáctica de las diferentes disciplinas. En este sentido, Nebrija advierte que una de las carencias básicas de la cultura y de la universidad de su época es la falta de un conocimiento riguroso de la lengua latina y el olvido o abandono de las fuentes clásicas.

Así, por ejemplo, se da cuenta de que la gramática no solo es importante por su carácter normativo: por la utilidad práctica de las normas o reglas gramaticales, sino que su estudio tiene un notable valor formativo y didáctico en sí mismo, porque, en virtud del profundo vínculo entre el pensamiento lógico y la estructura gramatical, la gramática es una disciplina que ordena, modela y estructura el pensamiento, promoviendo el espíritu crítico de los estudiantes. Esto es que, para poder expresarnos correctamente de manera escrita u oral es importante primero tener claridad en el pensamiento, pues este siempre precede a la expresión. En este sentido, la gramática tiene un claro valor propedéutico para el acceso a todas las ramas del saber humano, tanto humanístico como científico.

Por otro lado, su obra Gramática castellana tuvo gran importancia histórica dado que se adelantó a todos los estudios realizados en lenguas romances sobre gramática. En aquella época, el conocimiento solo podía ser difundido a través de las lenguas cultas (latín, griego y hebreo), por lo que, las lenguas vulgares no podían ser merecedoras de estudio y análisis.

Los aportes de esta obra al uso de la lengua tienen alcance político y social, pues la lengua castellana será un instrumento importante para el desarrollo del imperio y para la unidad nacional, así como para el aprendizaje del latín. No cabe duda de que esto es fundamental para que la lengua perdure.

Finalmente, quisiera invitarlos a que abracemos esa actitud amorosa, fiel y respetuosa con nuestra lengua, tal y como lo hizo Antonio de Nebrija. Aun sabiendo que las lenguas cambian, intentemos hacer un uso correcto de nuestro idioma para que perdure en el tiempo ya que es una lengua con gran vitalidad.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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