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Ene

2023

Los hábitos para cumplir, “esta vez sí”, los propósitos de Año Nuevo

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Las fiestas de fin de año estuvieron acompañadas de una cierta necesidad de cierre, de conclusión… No solo en el trabajo, cerrando pendientes; en los estudios, terminando el ciclo o la carrera satisfactoriamente; sino, sobre todo, a nivel personal.

Por Gabriela Hernández. 10 enero, 2023.

Sobre el año que pasó, solemos preguntarnos muchas cosas, como ¿ahorré lo que me propuse el año anterior?, ¿reduje los kilos que prometí bajar?, ¿hice el viaje que tanto anhelaba?, ¿mejoré mis relaciones con los demás?

De los 28 600 000 resultados en español que arroja Google cuando se busca “resoluciones de Año Nuevo”, los más populares son los dedicados a brindar consejos para cumplir, “esta vez sí”, las promesas que se hacen y en las que se falla año a año. Y es que, la imposibilidad para cumplir las resoluciones o promesas de Año Nuevo no es solo una percepción. En un estudio realizado el 2021 por investigadores británicos y australianos (Dickinson, Moberly, Preece, Dodd y Huntley), se descubrió que el 64% de las personas abandona sus resoluciones de fin de año al mes de habérselas propuesto.

La psicóloga del Servicio Psicopedagógico de la Universidad de Piura, Rosa Cornejo, explica que la tradición de plantearse ‘resoluciones’ al final de cada año responde a la costumbre, pero, principalmente, a la tendencia de las personas a querer “cerrar ciclos”.

Este cierre, destaca, viene acompañado de la motivación por volver a comenzar y acercarse más a una vida saludable, más ordenada, más exitosa, etc. Sin embargo, esta motivación o ilusión por lo que el nuevo año traería no siempre está acompañada de la voluntad para trabajar por conseguir lo que se desea.

¿Por qué se abandonan estas resoluciones?

A comienzos de este año, el portal norteamericano de salud y bienestar, WebMD, publicó un artículo analizando la psicología detrás de las promesas de mejora que las personas se plantean al final de cada año. En la publicación, se explica que el planteamiento de resoluciones, generalmente, se realiza a la ligera, con expectativas de resultados inmediatos, sin motivaciones trascendentes, y con poca tolerancia al fracaso.

Ante esto, la licenciada Cornejo explica que quienes, efectivamente, logran cumplir con lo que se proponen han pasado por un importante proceso de introspección.

“Este autoexamen permitirá que se busquen activamente las causas de esa conducta o realidad que se quiere cambiar; ¿se trata solo un problema de exceso de peso o solo de falta de tiempo para hacer ejercicio? Además, esta introspección implica que nos planteemos si tenemos o no los recursos para lograr lo que queremos, y los pasos a seguir para conquistar la meta que perseguimos”, señala la experta de la Universidad de Piura.

Además, enfatiza que, usualmente, se pierde de vista que los cambios que valen la pena se gestan en el tiempo, que son producto de meses de perseverancia. Cuando se trata de perder peso y tener una vida más saludable, es sabido que los resultados inmediatos son engañosos y que el peso que se pierde en poco tiempo, se recupera rápidamente también.

Esta expectativa por resultados inmediatos entra en conflicto con los múltiples estudios que se han realizado en los últimos años acerca de la ciencia detrás de los hábitos porque, como resalta la especialista, cumplir con las metas que se plantean en el Año Nuevo se relaciona con el cambio de hábitos profundamente arraigados.

El cambio es posible

“Lograr ahorrar una cantidad importante de dinero, hacer actividad física con regularidad, dejar de procrastinar y muchas otras resoluciones reflejan el deseo de cambiar los hábitos actuales por unos que proporcionen bienestar”, explica la licenciada Cornejo.

Así, quien es incapaz de ahorrar a pesar de tener un ingreso que se lo permitiría debe apuntar a ser más ordenado en todos los ámbitos de su vida. Controlarse con los gastos implica orden y disciplina, afirma. Quien, por otro lado, suele postergar las responsabilidades, está priorizando las actividades que le generan placer o entretenimiento, en lugar de hacerse cargo de las que demandan de tiempo y esfuerzo, y que, eventualmente, le darán resultados más importantes.

Para romper con los ciclos de malos hábitos, la experta recomienda empezar analizando la situación actual y determinando qué cambios pueden introducirse en el estilo de vida.

“Para perder peso, serán diferentes los cambios que deben aplicar una persona que come balanceado, pero que ‘pica’ entre las comidas y otra que lleva años comiendo chatarra, por ejemplo”, relata.

Una vez que se conoce la propia realidad, es importante separar las grandes metas en unas más pequeñas. “Si quiero leer más este año, convendrá empezar leyendo diez páginas al día, en vez de plantearse leer capítulos completos de un solo tirón”, afirma la psicóloga de la Universidad de Piura.

Además, es crucial que estas metas sean específicas, medibles, posibles de conseguir y que estén determinadas por un tiempo. “Tal y como sucede con otros proyectos que emprendemos, estas características ayudarán a visualizar y a llevar el control de nuestros avances: la cantidad de libros que he logrado leer en un espacio de tiempo determinado, las veces que he logrado salir a correr durante una semana, etc.”.

Finalmente, la especialista del Servicio Psicopedagógico de la UDEP anota que quienes apunten a cambiar sus hábitos y a cumplir con sus resoluciones de Año Nuevo deben contar con la necesidad de ser flexibles y con la posibilidad de fracasar por diversas razones.

“Por un lado, debemos ser conscientes de que no siempre las circunstancias serán favorables, de que debemos estar listos para un ligero cambio de planes y que, incluso con todo esto, seremos capaces de mantenernos en el camino para conseguir lo que queremos. Y, por otro, lado, hay que contar con el fracaso, que es inevitable y debe ser aleccionador. En ocasiones, los fracasos servirán para replantearse los objetivos y continuar o volver a empezar”, concluye.

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