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Sep

2022

Artículo de opinión

Innovación y emprendimiento en tiempos de incertidumbre

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Es evidente que el crecimiento del emprendimiento y la innovación no frena ante la coyuntura mundial; por el contrario, ayuda a mitigar su impacto. El reto será encontrar sostenibilidad a futuro para las iniciativas.

Por Carlos Rodrich. 05 septiembre, 2022. Publicado en El Peruano, el 3 de setiembre de 2022.

En los últimos tiempos, los emprendedores tradicionales e innovadores han enfrentado constantes desafíos propios de la crisis económica que el mundo entero viene atravesando. Sin embargo, las personas u organizaciones que se animen a emprender con viento en contra se toparán con un ecosistema, a nivel público y privado, en pleno auge que les permitirá convertir sus ideas en negocios tangibles.

De acuerdo con el más reciente estudio mundial de Ipsos, “Emprendedores en tiempos de inflación”, un 54% de los peruanos ha iniciado su propio negocio y un 34% está considerando seriamente iniciar uno. Por ello, es importante seguir trabajando en la difusión de oportunidades para potenciales emprendedores, tomando en cuenta que en el mismo estudio se menciona que las barreras para iniciar un negocio son la falta de fondos, la crisis económica y el escaso conocimiento e interés en el tema.

Frente a ello, es importante resaltar iniciativas como las del Programa Nacional de Desarrollo Tecnológico e Innovación (ProInnóvate) del Ministerio de Producción (Produce) que, desde el 2014, brinda asistencia financiera, a través de concursos, a emprendedores y empresas innovadoras en diversas etapas de crecimiento; favorece el desarrollo productivo de mipymes, incubadoras y aceleradoras de negocios. Incluso, ha llegado a beneficiar a diversas regiones del país con el fin de descentralizar el crecimiento de la innovación peruana.

En otro ámbito, las universidades se han convertido en pieza clave para impulsar el emprendimiento, debido a que los alumnos adquieren una mentalidad emprendedora a través de materias sobre innovación empresarial. Asimismo, las incubadoras de negocios y centros de innovación de estas instituciones impulsan esta formación. Ello aporta valor personal y profesional a los estudiantes, quienes desarrollan una línea de carrera y, luego, optan por innovar dentro y fuera de sus corporaciones.

En ese sentido, el estudio “Perfil del Emprendedor Peruano del Bicentenario”, identificó el 2021 cuatro perfiles de emprendedores según sus actitudes: el competente (37%), capaz de manejar su negocio y no tan arriesgado en inversión; el empeñoso apasionado (32%), apuesta por su negocio y crecimiento, es más empírico; los cazadores de oportunidades (21%), asumen riesgos y buscan nuevos emprendimientos; y los sobrevivientes (11%), emprendedores cuyos negocios surgieron principalmente por necesidad.

En relación con los perfiles mencionados, hemos podido observar (en primera línea) cómo profesionales de amplia trayectoria usan su experiencia para crear iniciativas de impacto social y económico. Ejemplo de ello son los fundadores de CursaLab, de Christian Van Oordt; Drone Film Project, de Ivan Thibaud; Ecotrash, con su CEO Sandra Justo; y Portero Seguro, de Fredy Ballón.

Y, así como las características de los emprendedores está en constante fluctuación, también lo está el sistema nacional de innovación y emprendimiento. Si bien no se ha alcanzado la tan ansiada startup unicornio, emprendimientos de tipo innovador valorizados en 1000 millones de dólares; startups como Crehana, Favo y Chazki han alcanzado rondas de inversión de 70, 26 y 7 millones de dólares, respectivamente. Destacable también es que Manzana Verde, emprendimiento piurano que propone planes de alimentación personalizados, haya accedido a un capital de 1,5 millones de dólares en los últimos meses.

Y es que, el crecimiento regional destaca por iniciativas como los proyectos de dinamización del ecosistema regional de investigación, innovación y emprendimiento que unen estas aristas con el valor que tiene cada territorio. Ejemplo de ello es la planificación de un turismo local cada vez más sostenible y vivencial, la incorporación de espacios de trabajo colaborativos vinculados al emprendimiento y a la biotecnología, la creación de rutas de valorización tecnológica de productos y proyectos de investigación con potencial para llegar al mercado; y el valor brindado a las pymes, al capacitar a empresarios en alfabetización y transformación digital.

En suma, es evidente que el crecimiento del emprendimiento y la innovación no frena ante la coyuntura mundial; por el contrario, ayuda a mitigar su impacto. El reto será encontrar sostenibilidad a futuro para las iniciativas que se trabajan desde diversos sectores sin dejar de lado lo positivo que es que, desde el ámbito público y privado, se dé cada vez más valor a proveer las herramientas necesarias para que una idea tradicional o innovadora logre despegar y escalar en el mercado.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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