08

May

2022

Recordemos que 'la mejor medicina del mundo’ es el beso de mamá; nuestra mejor amiga y confidente es nuestra madre; no importa la edad, los brazos de mamá siempre serán el mejor refugio.

Por Jaime Ancajima. 08 mayo, 2022.

Esta semana vi la película “Amor de madre” en la que un novio es abandonado por su novia en plena celebración de la boda. Su madre le propone realizar juntos el viaje de luna de miel que él ya había comprado. En una isla paradisíaca, el hijo se entera de lo que desconocía de su madre y ella de algunas cosas que su hijo pensaba de ella. Ella trata de que su hijo olvide su mala experiencia y lo aconseja constantemente, ante lo cual el hijo se molesta, al principio; pero, después se da cuenta de que realmente su madre era la mujer de su vida, que siempre ha estado ahí para corregirlo, aconsejarlo y hacerle ver los riesgos y peligros, en base a su sabiduría, experiencia y amor de madre.

El Día de la Madre se reunirán los hijos que tienen la dicha de tener a su madre con ellos y departirán con toda la familia, y si se encuentran lejos por trabajo u otros motivos, escribirán, llamarán, enviarán regalos o flores. También, estamos los hijos que, en un día como hoy, recordamos y veneramos con nostalgia a nuestra mamá allá en el cielo. Todos, sin lugar a dudas, estamos y estaremos agradecidos con ellas pues desde que nacimos y hasta ahora, seamos alumnos o trabajadores o profesionales, o estemos solteros, casados, con hijos y hasta con nietos, se siguen preocupando por nuestro estado emocional y salud, nos siguen aconsejando, y a los que no la tenemos físicamente con nosotros, desde el cielo, nos bendicen cada día.

Cada segundo domingo de mayo, es un recordatorio que nos lleva a apreciar el rol de nuestras mamás en la vida. Su amor, presencia y entrega cambian cualquier situación y nos reconforta para ser mejores todos los días. Por esta razón, a los que aún tiene a su madre viva, les animo a interesarse en lo que les gusta a sus mamás, a conocer su historia y valorarla, a reconocer en vida todo su esfuerzo, a complacerlas en lo que se pueda, a mimarlas, y decirles sobre todo cuánto las aman, aprecian y admiran. Por experiencia propia, los que ya no la tenemos en vida, daríamos lo que sea para poder tenerlas a nuestro lado, para cuidarla, alegrarla y cumplir sus deseos.

Recordemos que ‘la mejor medicina del mundo’ es el beso de mamá; nuestra mejor amiga y confidente es nuestra madre; no importa la edad, los brazos de mamá siempre serán el mejor refugio; y, que, por ella, somos quienes somos hoy.

Reflexionemos, el regalo de tener una madre es tan grande que, hasta Dios hecho Hombre quiso tener una para hacerse presente en este mundo. Por eso, ¡mi madre es la mujer de mi vida!

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