09

Mar

2022

Columna Gravitas

El ciudadano irresponsable

Frente a estas cuestiones, la separación de poderes y la Constitución deben responder severamente contra el agresor, pero jamás debe ensayarse la respuesta de la elección continúa y visceral, que carcome la verdadera ciudadanía.

Por Orlando Vignolo. 09 marzo, 2022. Publicado en Correo, el 4 de marzo de 2022.

Cada día y a toda hora se viene impulsando en Perú la idea de que debemos volver a las urnas para elegir -en menos de siete meses- a nuevas autoridades del Poder Ejecutivo y el Congreso de la República. Presidente y congresistas de la República, alumbrados por un impulso renovador de surgimiento espontáneo y, como no, protegidos por una encuestocracia que hace las delicias de muchos en nuestro país. Que se vayan todos y vuelvan otros mejores de las ánforas.

Pero esta idea, poco elaborada y propia de una mente que no va al fondo del asunto, elimina la discusión sobre la responsabilidad de los electores, y de cómo estos ciudadanos escogieron libremente a quienes nos dirigen y representan en la actualidad. De cómo su autonomía se ejerció para practicar sus derechos constitucionales políticos, pero no se recoge en la responsabilidad personal de asumir las consecuencias del acto electoral (la obligación del respeto controlado por el escogido). De cómo la mayoría y minorías tuvieron la oportunidad de seleccionar a quien quisieran, y que estos últimos son como los votantes (en algunas de sus facetas).

En suma, es pretender construir de manera casi manifiesta y continua que nuestra Nación es un agrupamiento de irresponsables, que, dependiendo de los vaivenes y vientos de los influyentes o de la tortuosa política, merece tener un botón de reinicio que puede ser presionado a discreción. Nada más antijurídico y contrario a la democracia representativa, sin importar si al frente está el peor o uno que busca plantear una oclocracia de la cosa pública (como pasa en tiempos actuales).

Frente a estas cuestiones, la separación de poderes y la Constitución deben responder severamente contra el agresor, pero jamás debe ensayarse la respuesta de la elección continúa y visceral, que carcome la verdadera ciudadanía y el Estado de Derecho, pero además pasa por alto el principio de responsabilidad.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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