Un reciente estudio económico del Banco Mundial publicitado por el Diario británico, The Guardian (http://www.theguardian.com/global-development-professionals-network/2015/jan/29/chicken-parties-poor-raise-money), sobre cómo las personas distribuyen su dinero en países como Bangladesh, República Dominicana, Kenia, Ghana y Perú, se ha destacado el ingenio de nuestro país para levantar fondos y colaborar, solidariamente, con una causa que necesita de apoyo financiero. En […]

Por Carlos Hakansson. 23 febrero, 2015.

Un reciente estudio económico del Banco Mundial publicitado por el Diario británico, The Guardian (http://www.theguardian.com/global-development-professionals-network/2015/jan/29/chicken-parties-poor-raise-money), sobre cómo las personas distribuyen su dinero en países como Bangladesh, República Dominicana, Kenia, Ghana y Perú, se ha destacado el ingenio de nuestro país para levantar fondos y colaborar, solidariamente, con una causa que necesita de apoyo financiero. En efecto, a la Dra. Leora Klapper, economista del Banco Mundial, le ha sorprendido el concepto de las llamadas polladas bailables.

La necesidad de ayudar a un vecino o pariente enfermo o en extrema necesidad, la urgencia de reparar un techo de un colegio o la conveniencia de tener una losa deportiva en el barrio, ha promovido la necesidad de levantar fondos (fundraising) entre las personas mediante una bastante manera ingeniosa y que se acomoda a la idiosincrasia de sus habitantes.

Las polladas bailables o chicken parties, como así las traducen libremente los ingleses, se han convertido en un modelo a destacar por los analistas económicos del Banco Mundial. La capacidad de las personas para organizarse solicitando una contribución económica y a cambio de una porción de pollo puede, como valor añadido, propiciar una reunión o encuentro de carácter social entre amigos.

Las polladas bailables también son muy recurridas en Piura, tienen éxito y expresan una sabiduría popular que promueve la solidaridad. Si es posible este medio de fundraising en nuestro país, pensemos ingeniosamente en otros formatos pero de mayor escala, a lo mejor algo similares, para que organizaciones sin fines de lucro puedan ayudarse a financiar la mejora de su infraestructura en la región. Es muy probable que se venga realizando algún tipo de levantamiento de fondos privado para estos fines, pero puede pasarse de vista que se trata de una iniciativa aplaudida por un organismo financiero internacional.

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