El profesor de la UDEP habló sobre la relevancia del reciente informe de la ONU, que pide prohibir la maternidad subrogada, y resaltó la urgencia de proteger los derechos de mujeres y niños frente a formas de explotación.
Por Dirección de Comunicación. 03 septiembre, 2025.Un reciente informe de las Naciones Unidas ha marcado un paso histórico en la lucha contra la maternidad subrogada. La relatora especial sobre la violencia contra las mujeres y niñas, Reem Alsalem, designada por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, advirtió que esta práctica está en aumento en diversas regiones del mundo y alertó sobre los riesgos médicos, la limitación de la libertad de las gestantes por la firma de contratos y los abortos forzados que pueden ocurrir en estos casos. En ese sentido, hizo un llamado a la comunidad internacional a establecer un marco jurídico vinculante que prohíba el vientre de alquiler.
Gonzalo Gálvez, profesor de la Facultad de Derecho de la UDEP y miembro de la Declaración de Casablanca —organización que lucha contra la maternidad subrogada— resaltó la trascendencia de este pronunciamiento internacional en diálogo con EWTN Noticias, programa de la red católica mundial EWTN.
“Para nosotros ha sido una sorpresa muy grata que una persona en los órganos de decisión internacionales haya emitido una opinión clara en defensa de los derechos de mujeres y niños”, señaló Gálvez.
Explicó que el informe de la ONU abre un espacio fundamental de reflexión para la comunidad jurídica y política mundial, pues “llama a tomar conciencia del flagelo y del error que significa utilizar la maternidad subrogada como solución a problemas que pueden resolverse por otras vías”.
La misión de la Declaración de Casablanca
Gálvez recordó que la Declaración de Casablanca busca sensibilizar sobre los impactos sociales y éticos de esta práctica. “Lo que pretende Casablanca es seguir promoviendo la visión de protección de la mujer contra la explotación y la defensa del niño frente a la mercantilización de la vida humana”, subrayó.
Para el jurista, permitir que la maternidad subrogada se normalice implica “traspasar la línea de convertir a los humanos en cosas, y eso es justamente lo que se quiere evitar”.
El profesor Gálvez destacó también que el pronunciamiento de la relatora ONU puede ser un punto de partida para la construcción de un consenso global que frene esta práctica. “El hecho de que se hable de un marco jurídico internacional vinculante es clave para avanzar hacia la protección integral de las mujeres y de los niños en todo el mundo”, sostuvo.









