La tecnología ayudará a informar mejor, pero también puede generar trampas si se usa de forma indiscriminada. La idea es que la tecnología esté al servicio de la democracia y no al revés.
Por Víctor Herrada Bazán. 28 octubre, 2025. Publicado en Diario Correo el 26 de octubre de 2025La inteligencia artificial (IA) y los influencers han cambiado la forma en la que se hacen las campañas políticas. Hoy en día, los mensajes pueden enviarse a públicos objetivos y llegar a miles de personas, en solo segundos. A la vez, ese mismo poder tecnológico puede significar la aparición de peligros, como la pérdida de la transparencia, la difusión de noticias falsas o la competencia desleal entre candidatos.
Desde el enfoque del Derecho, esta nueva realidad hizo que se tuvieran que reajustar las reglas del juego electoral. En esta línea, la ONPE ha incorporado estándares de participación de los creadores de contenido digital, a partir de su registro y de la trazabilidad de los gastos en las redes sociales; mientras que, el JNE ha incluido reglas más estrictas de publicidad electoral y de neutralidad para impedir la manipulación de la información con el uso del medio digital.
En otro contexto, la Unión Europea ha avanzado en esta línea, al emitir una Ley de Inteligencia Artificial que obliga a los países miembros a identificar, de manera expresa, todos los contenidos generados por IA.
Adoptar criterios similares en el Perú permitiría que los ciudadanos conozcan el origen del mensaje político que reciben, reconozcan cuándo interviene tal tipo de tecnología y ejerzan su voto de manera consciente.
Y es que, regular el uso de la IA y de los influencers no significa obstaculizar el avance tecnológico. Se trata de cuidar que la política se convierta en un espacio de debate genuino y no de manipulación. La tecnología ayudará a informar mejor, pero también puede generar trampas si se usa de forma indiscriminada. La idea es que la tecnología esté al servicio de la democracia y no al revés.









