Ante la desavenencia de Perú y Colombia, la doctora Susana Mosquera, profesora de la UDEP y especialista de Derecho Internacional, sostiene que es necesario solicitar los aportes de los expertos en delimitación fluvial.
Por Lucy Vicente Chamba. 15 agosto, 2025.
La doctora Mosquera, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, explica que la situación suscitada entre Colombia y Brasil ha visibilizado múltiples desafíos para las autoridades quienes, afirma, deben implementar comisiones de orientación técnica y diplomática e integrar criterios geográficos, históricos, tecnológicos y sociales para una solución pacífica.
La isla Santa Rosa
Esta isla se formó en medio del río Amazonas, en la segunda mitad del siglo XX. Actualmente, la habitan alrededor de 3000 personas, en su mayoría peruanas. En junio de este año, el Congreso peruano emitió una resolución que declaraba a la isla como un distrito y, acción que, explica Mosquera, el presidente de Colombia, Gustavo Petro interpretó como una decisión unilateral, por lo que acusó a Perú de apropiarse de un territorio que aún no ha sido definido.
En esta situación, la doctora Mosquera sostiene que ambas posturas son válidas y reflejan los intereses y las necesidades que los gobiernos observan en sus territorios: el Perú asumió que la población es peruana y su decisión obedece a una protección jurídico social que debe brindar a sus ciudadanos, sin buscar desconocer los tratados internacionales.
Dimensión geográfica
La doctora Susana Mosquera, subraya que, en primer lugar, es importante comprender la geografía y naturaleza de la frontera Perú, Colombia y Brasil, que es determinada por la dinámica del río Amazonas; los cambios de este, explica, han creado nuevas islas, como la Santa Rosa.
Agrega que este tipo de fronteras, de dinámica fluvial, están reconocidas en los acuerdos fronterizos vigentes entre Colombia y Perú en los que se establece que, ante la aparición de nuevas islas y posibles controversias sobre su pertenencia las partes deben resolverlas de manera bilateral, en la vía diplomática.
La especialista subraya que, la postura de Colombia expresa una necesidad de garantizar el acceso al río Amazonas. Refiere que, Colombia enfrenta un serio problema en el puerto fronterizo de Leticia, el cual ha presentado una disminución del nivel de agua del río y se está sedimentando.
Esta problemática no es nueva, indica la docente de la UDEP: “Colombia ha convivido con esta situación durante años sin implementar medidas preventivas y planificadas, a diferencia de Brasil, que sí ha desarrollado un sistema de drenaje para asegurar la navegabilidad de su puerto”.
Asimismo, explica que, en este contexto, el presidente Petro plantea la necesidad de revisar el talweg de río, línea imaginaria que define su mayor profundidad y determina el límite fronterizo, porque considera que este se ha movido con el transcurso de los años.
¿Los límites de las fronteras cambian?
La doctora Mosquera aclara que los límites de las fronteras no cambian y que en el Derecho Internacional son definidos como “pétreos” (permanentes) y no pueden modificarse. En el contexto de la triple frontera entre Perú, Colombia y Brasil es una zona delimitada por el Amazonas, y están definidas por aspectos geográficos naturales, como el talweg de río.
Asimismo, subraya que hay una diferencia entre delimitar y demarcar una frontera. “Delimitar es establecer mediante un tratado internacional dónde comienza y termina la soberanía de cada país. La delimitación se puede referir a elementos geográficos naturales como ríos, montañas o líneas costeras”, afirma. En el caso de la frontera Perú y Colombia, los tratados establecen que el límite de la frontera es el punto más profundo del río (talweg), comenta Mosquera.
Agrega que, una vez firmado el tratado, se requiere de una demarcación en terreno, lo que implica ubicar físicamente los límites a través de hitos o mediciones, que antiguamente se realizaban con herramientas topográficas y hoy se podría usar la tecnología GPS, acota. “En zonas terrestres, las demarcaciones se visualizan con bloque de cemento colocados de forma permanente, y en teoría no deben moverse, pero factores naturales como un cauce de río o una erosión pueden afectar su ubicación”, explica.
Un ejemplo de ello, acota Mosquera, fue el problema del Punto Concordia dentro de la controversia sobre delimitación marítima entre Perú y Chile, en su momento la comisión demarcadora bilateral posicionó el primer hito de la frontera terrestre entre los dos países unos metros al interior para ubicarlo como Hito N° 1, a fin de evitar que por la fuerza del mar pudiera ser destruido; con los años esta situación generó un desacuerdo entre los países al momento de delimitar su frontera marítima.
Los tratados de fronteras no cambian
La especialista, reafirma la importancia de reconocer que los tratados de frontera son acuerdos fijos y duraderos, con sentido de permanencia. El Derecho Internacional determina que no se pueden modificar. Sin embargo, la demarcación, al depender de condiciones naturales del terreno, con el tiempo, sí puede necesitar ajustes técnicos de los que se encargan las comisiones bilaterales de demarcación.
Visión de especialistas
Mosquera considera que, en esta situación es necesario conformar comisiones diplomáticas bilaterales de naturaleza técnica, integradas por especialistas en Topografía, Geología, Geografía y otras disciplinas. Estas comisiones no van a trabajar en la modificación de la frontera, pero sí pueden redefinir sobre el terreno la forma justa y precisa de aplicación del tratado para la correcta protección de la soberanía de ambos países.
