13

Mar

2023

Artículo de opinión

Amor propio y sororidad

No es raro que crezcamos pensando que debemos ser mejores que las demás, que debemos ser más bonitas, más felices, más exitosas… Es una competencia eterna y extenuante; una batalla que se libra contra nuestras propias expectativas aprendidas.

Por Rosa Cornejo Briceño. 13 marzo, 2023. Publicado en Correo, el 11 de marzo de 2023.

¿Cuál es la parte de tu cuerpo que no te gusta?, ¿cuál es el detalle que te hace sentir incómoda, insegura y que, talvez, ocultas o que te gustaría cambiar?

¿Realmente crecimos inconformes con algo que forma parte de nosotras o esa incomodidad apareció cuando alguien nos hizo creer que algo andaba mal con nosotras mismas? ¡No te pongas esa blusa, que te ves gorda; no uses esos zapatos, que te ves muy chata; no uses ese color; no te vistas así!

¿Es justo con nosotras mismas que permitamos que alguien más influya tan negativamente en cómo nos percibimos y percibimos a otras mujeres?

No es raro que crezcamos pensando que debemos ser mejores que las demás, que debemos ser más bonitas, más felices, más exitosas… Es una competencia eterna y extenuante; una batalla que se libra contra nuestras propias expectativas aprendidas y nuestra inconformidad, y contra otras mujeres. En esta competencia, nadie gana; la victoria es una ilusión que cree haber alcanzado quien encuentra más defectos en sí misma. Quien se sienta bien consigo misma, con su cuerpo tal cual es, está presumiendo o escondiendo algo.

Hoy, mírate, mira la ropa que te pusiste hoy, mira tus manos, toca tu cabello, date cuenta de que tu cuerpo te va a acompañar siempre, con él te apareces frente al mundo, con él vives la preciosa vida que has recibido. El amor propio y el autocuidado son las mejores formas de decir “gracias”.

Eres digna, eres bella, eres suficiente y estás en constante transformación. También, son dignas las demás mujeres que encontramos en el camino, también son bellas y también están en proceso de convertirse en su mejor versión. Reconozcámoslo en nosotras misma y en nuestras amigas, compañeras, hermanas…

Esta batalla de la inconformidad y de las expectativas inalcanzables es una que no vale la pena pelear.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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