09

Ene

2023

Artículo de opinión

Raúl Porras y el nombre del Perú

El nombre de Perú se hizo popular y se impuso para todo el virreinato, pero resulta difícil entender que no haya nombrado también algún lugar en su ubicación original, supuestamente próxima al sur de Panamá.

Por Carlos Arrizabalaga. 09 enero, 2023. Publicado en Semana, el 8 de enero de 2023.

Desde el comienzo muchos han considerado que Perú y Piura eran la misma palabra y el nombre de este valle norteño, porque “fue el primero que en este reino se pobló, repartiendo todos los pueblos e indios que hubo desde Tumbes hasta Piura”, dice el cronista Pedro Pizarro. La había defendido Bartolomé de las Casas, hacia 1560 y no duda Porras de que el dominico tuvo informantes directos de valía, que referían:

que la primera villa que poblaron y llamaron San Miguel fue poblada en un valle que los indios llamaban Piura, la última luenga, de allí se originó nombrar los españoles todas aquellas grandes tierras y reinos Perú.

Las Casas también había dado otra versión muy diferente, haciéndolo provenir del nombre de un cacique del golfo de San Miguel: “Deste nombre Birú, la última luenga, dijeron que llamaron los españoles después a la tierra del Perú, mutada la letra b en la p, letra” (Las Casas, 1876, p. 194). Ambas versiones se mantienen por años. Jerónimo de Oré, a fines del siglo XVI, señala “una pequeña y pobre provincia llamada Perú, o Piura, de donde después impropiamente toda la tierra que por aquella costa se descubrió […] se llamó Perú”. El carmelita Antonio Vásquez de Espinoza, que estuvo en América entre 1608 y 1622, sostiene también que el nombre del Perú proviene de Piura y no de Ophir (país legendario y lleno de riquezas que se menciona en el Antiguo Testamento) como quería Arias Montano. Sería además un nombre quechua. Como ya señalamos en una ocasión, Enrique del Carmen Ramos se hace eco de esa versión cuando escribió el himno de Piura en 1932 (a solicitud de las hermanas del colegio Lourdes), con la fórmula:

“Piura, Pirhua, Pirua es la misma
que a la patria su nombre legó.”

El asunto fue de especial interés para el gran peruanista Raúl Porras Barrenechea y al respecto escribió uno de sus mejores trabajos, titulado: “El nombre del Perú”. Raúl Porras empezó este ensayo mientras fue embajador de Perú en España (1945-1947), en una misión que resultó “bastante agitada”, según Macera (1999), pues Porras había respaldado al candidato Ureta frente a Bustamante. Una primera versión se publicó, por entregas, en el diario El Comercio en 1° y 5 de enero de 1948 (pp. 8-10 y 3-7), y más resumida, con una prosa excelente y una argumentación impecable se publicó al año siguiente en el diario español ABC (28/07/1949), donde también se hacía eco del mito del Perú. Ambos temas darían lugar a sendas disertaciones en conmemoración del centenario de la Univesidad de San Marcos y en el Congreso de Peruanistas que preside el propio Porras ese mismo año 1951. Porras, como director del Instituto de Historia de San Marcos, fue el presidente del evento y quien tenía a cargo el discurso inaugural y escogió este tema de singular interés.

El texto completo se publicó en diciembre en la revista Mar del Sur (Lima, vol. 6, 1951, pp. 2-39), con una adenda (pp. 147-149), en la que hace referencia al debate surgido luego de la presentación que hizo Porras el 15 de agosto de 1951. El artículo completo se imprimió también en una tirada aparte de 42 páginas con el mapa (Porras, 1951). Tuvo dos reediciones en 1968 y 1973 y también se ha incluido, en versión completa o reducida, en otras ediciones posteriores de sus obras. Las tesis de Porras Barrenechea sobre el nombre del Perú, confirmadas por Maticorena (1979), se afirman sin discusión en los trabajos de Del Busto (2000) y de Lavallé (2004).

Porras dejó prácticamente cerrado el debate. Había descubierto la temprana relación de Samano, que confirmaba la anterioridad del nombre a la llegada de los españoles:

Los dichos capitanes teniendo noticia de una provincia que se dice el Perú, que es en la misma costa de tierra firme en la parte del mar del sur de donde es la ciudad de Panamá, hacia el levante, partieron en el año de veinte y cinco con dos navíos (Xerez, 1985, p. 175)

Revela Porras Barrenechea además otros documentos tempranos, como declaraciones de testigos que ya en 1529 usaban naturalmente el nombre de Perú. El nombre de Perú probablemente se tomó del nombre de un río, de una isla o de un cacique o de ambos en la costa de Colombia próxima a Panamá. “Acá es opinión -lo afirmaba José de Acosta- que de un río, en que a los principios dieron los españoles, llamado por los naturales Pirú, intitularon toda esta tierra Perú”, y de esa manera el Inca Garcilaso (1609/1945) dedica un largo capítulo a deducir el nombre del Perú.

Raúl Porras Barrenechea presta especial atención a las consideraciones del escritor cusqueño, y también se apoya en las noticias más tempranas de Mena y de Jerez, además del contundente testimonio del vasco Pascual de Andagoya (aunque Porras advierte que su testimonio es menos fiable). Lo sigue en ello Miguel Maticorena Estrada (1979), quien atribuye a este navegante la invención del nombre del Perú.

Su intervención estaba muy bien fundamentada en multitud de fuentes coloniales. Provocó un debate acalorado con Paul Rivet en torno a la ubicación exacta de Birú y Chocama en los testimonios de Pascual de Andagoya, pero de cualquier modo es evidente que el nombre de Perú ya era bien conocido cuando se iniciaron sus exploraciones, pues refiere acerca de un cacique Peruqueta cerca de Panamá. Señala finalmente Porras (1951) que Perú no es una palabra de la lengua quechua, antillana o del caribe, sino deformación de Birú, nombre de un cacique que algunos cronistas confundieron o que vincularon a la palabra quechua pirhua (con acento en la ) y al nombre del Inca Pirua Pacaric Manco. Según Porras, esa atribución no tendría ningún fundamento lógico o histórico. El nombre venía de unos hombres temibles que amenazaban las costas panameñas, como declaraba Pascual de Andagoya:

por la mar venían cierta gente en canoas a hacerles guerra todas las lunas llenas, y tenían tanto miedo de aquella gente los de aquella provincia, que no osaban ir a la mar a pescar; estos eran de una provincia que se dice Birú, donde corrompido el nombre se llamó Pirú.

Porras ofreció razones sólidas para pensar que el nombre ya existía antes de la llegada de los españoles a Tumbes y que estaba asociado a gentes del sur. El nombre de Perú se hizo popular y se impuso para todo el virreinato, pero resulta difícil entender que no haya nombrado también algún lugar en su ubicación original, supuestamente próxima al sur de Panamá.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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