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Ene

2022

Reportaje

¿Qué impactos ambientales ha causado el derrame de petróleo?

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Dos profesores de la Universidad de Piura, Luis Noblecilla y Gastón Cruz, sostienen que la biodiversidad marina es la más afectada ante esta problemática como las aves y mamíferos acuáticos, así como las especies costeras.

Por Betsy Salazar. 31 enero, 2022. Publicado en El Tiempo (Suplemento dominical), el 30 de enero de 2022.

Ha pasado más de una semana, desde que el buque tanque Mare Doricum produjo un derrame de al menos 6000 barriles de crudo en las costas de Lima, cuando descargaba el hidrocarburo en el Terminal Multiboyas N°2 de la Refinería de La Pampilla, a cargo de la empresa petrolera Repsol. El hecho habría sido causado, presuntamente, por un fuerte oleaje atribuido a la erupción del volcán submarino en Tonga.

El Ministerio del Ambiente declaró el sábado pasado una emergencia ambiental por 90 días en el área costera afectada. El vertido de petróleo hasta el momento afecta a una extensión de casi 3 kilómetros cuadrados de playa y mar, aunque con las mareas la zona de desastre es mayor.
Las autoridades peruanas han cerrado 21 playas e informaron que las afectaciones incluyen 512 hectáreas en los Islotes de Pescadores de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, además de casi 1800 hectáreas en la Zona Reservada Ancón. En ese sentido, ¿hasta dónde podría expandirse esta contaminación ambiental a causa del derrame de petróleo?

El comportamiento complejo del petróleo

El ingeniero Luis Noblecilla Palomino, profesor de la Facultad de Ingeniería de la UDEP, sostiene que, como consecuencia de las corrientes que presenta el mar y a los distintos fenómenos como la formación de vórtices, sí hay traslado de petróleo hacia otras zonas del mar, tanto al interior superficial como en profundidad ya que el mar no tiene un comportamiento estático como un estanque o una piscina, donde si se introduce petróleo, este se encontrará flotando y sin movimiento debido a la diferencia de densidad que existe entre ambos fluidos: 800 kg/m3 (petróleo) frente a 1020 kg/m3 (agua de mar); al contrario, el comportamiento del fluido debido a las fuertes corrientes es más complejo.

En la misma línea, el doctor Gastón Cruz, profesor de la misma facultad y representante de la UDEP en la Red Ambiental Interuniversitaria, que promueve el Ministerio del Ambiente, acota que un derrame de hidrocarburos líquidos en el mar conlleva siempre el riesgo de una rápida expansión de la mancha, en este caso de petróleo crudo, a zonas alejadas del punto específico donde ocurrió el derrame porque la densidad menor que tiene el petróleo hace que se forme una película delgada en la superficie del mar que, con la acción del viento, las olas y las corrientes, se mueve y no es fácil contenerla.

Sobre la posibilidad de que el derrame se expanda hacia la costa norte del país, Noblecilla señala que “en un futuro cercano no debería darse la influencia en el norte del país, pero si el problema no es tratado, a largo plazo y en función al comportamiento de las corrientes marítimas, podría haber presencia del contaminante en la costa norte del Perú”.

Sin embargo, Cruz plantea que se debe tener en cuenta la distancia a la que se encuentra Piura, mil kilómetros, lo que hace poco factible que esta contaminación llegue hasta las costas de la región. “Las corrientes litorales existen, pero prevalece la acción del viento y las olas hacia la orilla y lo más probable es que la mancha de petróleo se vaya acumulando en las playas de una parte relativamente corta de la costa al norte de Lima”.

Consecuencias ambientales

Para Noblecilla, los principales factores ambientales importantes que se ven afectados por este problema son la fauna y flora de la zona, como el envenenamiento de organismos vivos debido a los componentes tóxicos del crudo. Además, refiere que el derrame de petróleo crea una capa sobre el agua que impide la entrada de la luz solar lo que provoca que las especies vegetales no realicen la fotosíntesis; y finalmente, también preocupa la alteración de la cadena alimenticia a la que pertenecen estas especies.

El profesor Cruz comenta que la fauna marina más afectada son las aves y mamíferos acuáticos, pero, también los peces, moluscos y crustáceos que viven en la franja más cercana a la costa, donde se acumula la mancha de petróleo, y sobre las orillas rocosas o de arena. La capa delgada que se forma en la superficie del agua se adhiere a las plumas de las aves costeras que les impide volar y prácticamente mueren.

Por otro lado, indica que también puede haber una contaminación “interna” de los seres vivos, con hidrocarburos y otras sustancias tóxicas, que causan mayor daño en los organismos más pequeños.

Según el último reporte del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), 51 animales han sido rescatados de las playas contaminadas por petróleo. La recuperación de los animales podría tardar semanas o meses. No obstante, no serviría de mucho si al ser liberados, su hábitat sigue afectado.

Esta catástrofe, explica Noblecilla, ya ha generado pérdidas de especies que forman un eslabón importante (primario) en la cadena alimenticia del mar. “Este problema se asemeja a una enfermedad que, si no es tratada a tiempo, empieza a crecer su gravedad hasta terminar en consecuencias más lamentables”.

Del mismo modo, Gastón Cruz asegura que en la historia ha habido muchos derrames de petróleo, y en nuestro país también. Cada uno de ellos afecta y causa daños en los ecosistemas, que tardan años en restablecerse a su estado normal, más en ambientes acuáticos que terrestres, porque es más difícil controlar la expansión del derrame.

Otro impacto negativo, señala Noblecilla, será la reducción de los ingresos económicos de la población que trabaja con estos insumos (pescadores y restaurantes). Más de 1500 pescadores artesanales y sus familias serían los primeros afectados directamente, previó el Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante del Pacífico Sur (Calamasur).

Previsiones en la región

Los efectos a largo plazo se reflejarán en una alteración o incluso pérdida de la biodiversidad; los estudios que se hagan al respecto ofrecerán resultados concretos dentro de un tiempo. De modo inmediato, indica Cruz, se suele ver en las imágenes y noticias la muerte de aves y peces; sin embargo, hay daños que no se ven a simple vista, como en las algas, pequeños crustáceos y moluscos, que son alimento para otras especies, y que pueden afectar la cadena trófica.

También se puede hablar de un efecto de persistencia de sustancias tóxicas como hidrocarburos y elementos contenidos en el petróleo.

Cruz refiere que lo que se debe aprender de estos sucesos es la prevención y el manejo de emergencias. Se debe tener en cuenta que, por ejemplo, en las costas de Piura, frente a Bayóvar y frente a Talara, hay carga y descarga de hidrocarburos líquidos, los buques llegan, maniobran, se conectan y desconectan, día y noche, todos los días del año.

El manejo de riesgos implica reducir la vulnerabilidad con un buen mantenimiento de los equipos, bombas, tuberías y válvulas; y contar con implementos de seguridad y de control de emergencias. Ahora mismo, las entidades pertinentes del gobierno regional y central ya deberían estar haciendo una verificación de dichos sistemas para prevención y actuación en caso de derrames, en los terminales de Bayóvar y Talara.

También, se deben realizar campañas de educación ambiental para esos frecuentes y poco visibles “micro-derrames” que ocurren en embarcaciones grandes y pequeñas, con restos de lubricantes y combustibles que utilizan, y cuyos envases se desechan simplemente al mar, sugiere.

¿En cuánto tiempo se podrá limpiar el mar?

De acuerdo a las declaraciones que el presidente de Repsol, Jaime Fernández-Cuesta, dio al programa Punto Final, quien aseguró que la limpieza del mar estaría terminada para fines de febrero, el ingeniero Noblecilla no comparte esta fecha pues el problema no sólo es superficial ya que el contaminante ya se encuentra en otras zonas al interior del mar. “Los ecosistemas marítimos son muy difíciles de recuperar, todo depende de la penetración del petróleo en el mar, así como en la arena y fango del fondo, este último tarda mucho más tiempo en descomponerse y recuperarse”, afirma.

Por su parte el profesor Gastón Cruz sostiene que no se puede hablar de una limpieza total. Si se hubieran tomado acciones rápidamente para confinar el petróleo y evitar que la mancha se extienda, quizás se hubiese podido eliminar la mayor parte del derrame, pero, lo que se ha visto es una lentitud y demora, tanto de la empresa responsable como de las entidades de fiscalización y sanción.

“El daño ya está hecho y las acciones que hagan la empresa o sus contratistas serán meros paliativos, para dispersar o degradar solo una parte del petróleo que ya está extendido y acumulado en el litoral”.

Por el contrario, cabe felicitar la prontitud y buena disposición de los cientos de voluntarios que han emprendido labores de limpieza, aunque son insuficientes para la magnitud de la contaminación, finaliza.

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