La presencia de facultades, escuelas o programas de Arquitectura, debería propiciar que el rostro de la ciudad empiece a cambiar o a seguir algún lenguaje como por ejemplo el que se usaba en la época republicana, cuyas edificaciones respondían al clima de Piura. Durante la época moderna, aparecieron edificaciones que correspondieron a lo que la […]

Por Rocío Álvarez. 12 diciembre, 2016.

La presencia de facultades, escuelas o programas de Arquitectura, debería propiciar que el rostro de la ciudad empiece a cambiar o a seguir algún lenguaje como por ejemplo el que se usaba en la época republicana, cuyas edificaciones respondían al clima de Piura. Durante la época moderna, aparecieron edificaciones que correspondieron a lo que la corriente representaba, muy valiosas por sus principios, pero que no siempre resolvieron temas de acondicionamiento ambiental debido a su orientación. Hoy, lo contemporáneo lo vemos desenvolverse como una suerte de eclecticismo. En muchos casos se evidencia un divorcio entre las edificaciones en cuanto a lenguaje arquitectónico y a la respuesta al entorno.

Es gratificante notar la curiosidad y observación cada vez más reflexiva por parte de los alumnos de Arquitectura. La pregunta de uno de mis alumnos de primer año, me permitirá dar un aporte al ciudadano que no necesariamente conoce de temas de Arquitectura: “¿Por qué los edificios en el campus tienen la misma orientación?”.

Nuestras fachadas este y oeste, por la mañana y tarde, respectivamente; reciben el sol de manera directa, con algunas variaciones a lo largo del año. Los vientos predominantes en nuestra ciudad vienen desde el sur. Todo ello lleva a escoger la orientación sur-norte como la mejor para nuestros edificios. Debemos procurar dejar los vanos en las fachadas sur y norte y buscar que exista ventilación cruzada. Así tendremos ambientes correctamente ventilados e iluminados. Si tenemos que enfrentar vanos en fachadas este y oeste, podemos utilizar algún sistema de parasoles, voladizos, materiales u otro recurso, que permita ofrecer confort a las personas que ocupan la edificación. Otro tema a tener en cuenta es la altura libre de piso a techo de los ambientes. En Piura recomiendo que ésta no sea menor de 2.60m. Es preferible que las alturas sean mayores. En una ciudad en donde llueve, especialmente durante la presencia de El Niño, es preferible tener techos inclinados o con pendientes que resuelvan el tema de la evacuación pluvial.

Existen muchos recursos, materiales y sistemas constructivos que deben ser materia de estudio para ofrecer soluciones óptimas en el diseño de las edificaciones piuranas.

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